Sobre proyectos codorniceros
Mi vida cinegética ha estado muy vinculada a especies muy concretas de caza menor, entre ellas la codorniz a la que he cazado con muchos métodos, incluyendo con un saco de yute y el Pipo, un perro ratonero que tenía de chaval y se metía entre el montón de mies, por el otro lado de la morena, para empujarlas. Ahora cazo codornices en primavera para el anillamiento, con reclamo y red, y en media veda, como todos, con perro y escopeta. Pero siempre me ha preocupado mucho la gestión de este maná que cada año palpalea en las tierras de panes y con el que ha veces no somos lo sensibles que debiéramos.
Es una de las cazas más placenteras, sobre todo para los que vamos a la tercera y los que vayan a la cuarta edad, por ser caza sosegada y deportiva; también es la mejor escuela para los que se inician porque el lance es muy bello y menos frustrante para los noveles pues suele ser caza exitosa en eficacia de disparo y entrada al morral. Y además es una delicia gastronómica. Por todo esto, y por las jornadas gloriosas que da su caza a quienes vamos a ellas, creo que deberíamos estar más pendientes y solidarizados con ese millón de avecillas africanas que nos siguen visitando cada año, para dejar su fiebre y multiplicar aquí a la especie. La prolífica codorniz proporciona casi millón y medio de capturas cada temporada en España. Lo cierto es que los cazadores federados llevamos controlando codornices con diferentes proyectos desde 1992, cuando iniciamos el CAZDATA en Castilla y León, que aún continúa activo con la labor. Desde 1997 anillamos codornices con la Delegación Burgalesa de Federación de Caza de Castilla y León, dentro de diferentes proyectos, entre ellos los promovidos por FEDENCA para toda España, como el de Caza Sostenible en Especies Migradoras (2004-2010) al que hemos tenido que renunciar a partir del 2006 por falta de presupuesto y coincidencia con otros anteriores de coste mucho más prudente, Anillamiento de Codornices en la Península Ibérica 2002-2011, que da respuesta suficiente a los objetivos de los cazadores federados, junto con un tercero que ha venido realizando un grupo conservacionista en la provincia de Madrid. Desde 1997 hemos anillado con los diferentes proyectos alrededor de trece mil codornices y de ellas 11.129 dentro del proyecto último de Anillamiento en la Península Ibérica que a partir de este año se llamará de «anillamiento nacional de codorniz» ya que se incorporan anilladores de Tenerife, Menorca y Ceuta. Los cazadores federados somos los únicos que costeamos estos proyectos y deberíamos acometerlos entre todos los cazadores, una vez conscientes de que no los promueven las administraciones que son quienes deberían hacerlo. Eso sí, luego nos imponen las fechas, métodos, normas y formas para cazar codornices. Creo que en determinados asuntos nos falta un punto de rebeldía, a pesar de lo recios que parecen ser algunos en este gremio. Es importante que los cazadores nos solidaricemos con la especie que tanta satisfacción nos da. Es imprescindible que quien recoja una anilla la entregue en los servicios de caza de la provincia o en la estructura federativa. También necesitamos reconducir los orígenes de las muestras biológicas que recibe el proyecto. Los cazadores han respondido muy bien, mandando una pata y un ala de codorniz, pues se han recibido en estos años 19.006 muestras, pero demasiado concentradas y las necesitamos desde toda España, pues ello nos ayudará a conocer a través de este proyecto científico, en qué semana han nacido las codornices enviadas desde cada territorio, con una precisión bastante asombrosa. Y este dato es muy importante. Este último proyecto de anillamiento nacional, único que mantenemos vigente, ha tenido seis años ya de rodadura y para esta temporada se reconduce con nuevas directrices. Ya no es tan determinante el anillamiento cuantitativo y lo es más el cualitativo. Con las nuevas normas se anillará en diez estaciones, repetidas sistemáticamente cada diez o quince días. Con los datos que suministra este procedimiento se conocerán los flujos de codornices durante la época de cría en todos los puntos de España donde anillamos. La dirección científica del reconducido proyecto la llevan Jesús Nadal, Carolina Ponz y Blanca Benedí. La coordinación federativa la sigue haciendo Santiago Iturmendi. Las anillas han sido de la propia fundación federativa hasta recibir las del MMA que nos proporciona la SEO, ya que somos todos anilladores de esta entidad conservacionista, que luego recibe por nuestra parte los datos que obtenemos del anillamiento. En este proyecto colaboramos 28 grupos con 39 anilladores en 18 provincias. Tenemos previsto para el año próximo el intercambio de datos con anilladores de Portugal y de Francia a los que propondremos anillar con directrices idénticas a las de este proyecto y además tenemos posibilidad de anillar desde Ceuta en Marruecos. También ajustaremos los equipos de anillamiento de manera que dispongamos de anilladores en todas las provincias costeras de Andalucía y en las del Pirineo que nos faltan para detectar cada año la entrada de codornices en la península en el momento en que se produzcan y la llegada al Pirineo antes de pasar a Francia. Un problema creciente que se viene detectando con el anillamiento es la hibridación entre la coturnix coturnix y la coturnix japónica, como consecuencia de las sueltas que se hacen en los cotos intensivos principalmente. Como es conocido, estamos en la última etapa del proyecto para determinar los procedimientos válidos de análisis genético para conocer la hibridación de perdices. De salirnos como esperamos, propondríamos a las administraciones el control de las diferentes granjas de codorniz para que estas sueltas cumplan con las directivas europeas y con las leyes nacionales y autonómicas sobre la obligatoriedad de preservar el patrimonio genético de las especies. Los cazadores nos estamos gastando el dinero para buscar la herramienta y exigiremos a las administraciones que velen por el respeto a la pureza genética que, hasta la fecha, ni en perdiz ni en codorniz se cumple.