Unidad, ante todo
El anteproyecto de ley de Bienestar Animal supone el mayor ataque perpetrado contra el mundo rural desde la ley Narbona.
No me voy a extender en su contenido ni en su forma, que de una u otra manera ya conocemos todos, y si no podéis consultar la información completa en este enlace.
Es un ataque a las libertades más esenciales de las gentes del campo, a su forma de vida y tradición milenaria de relacionarse con su entorno natural, la misma que ha permitido conservar la riqueza cultural y la gran biodiversidad que tenemos en nuestro país hasta nuestros días y que ahora se ve amenazada.
Estos pseudolegisladores que han parido este anteproyecto de ley se han convertido en los nuevos fariseos del siglo XXI, pertenecen a la peligrosa secta de los que se creen en posesión de la verdad absoluta, se creen abanderados de la libertad ideológica pero lo único que hacen es dañarla y destruirla.
Entérense de una vez que el campo español no es un jardín para urbanitas, que el campo es de sus gentes, que lo cuidan, miman y aman los trescientos sesenta y cinco días del año.
Hecha esta reflexión, ¿qué hacemos nosotros? Convocamos tres manifestaciones, un canto a la estupidez y sin duda un despropósito a la altura del propio anteproyecto de ley, haciendo bueno el dicho de divide y vencerás, cuyo resultado sin duda será el de dividir la energía y entusiasmo que puede tener una gran y multitudinaria manifestación.
Hemos de entender que la gente del campo que quiera manifestarse tendrá que dejar sus quehaceres diarios y trasladarse en ocasiones cientos de kilómetros para acudir a la llamada de las distintas asociaciones y federaciones convocantes, desde luego será poco factible hacerlo en tres ocasiones distintas.
Por eso desde aquí apelo humildemente a los convocantes a que dialoguen, y que se fundan en una gran convocatoria como la que se hizo contra la ley Narbona, también insto a los políticos que nos defienden o dicen defendernos, sean del signo político que sean, a que se pongan en la cabecera de la manifestación, sin prejuicios, defendiendo lo que es justo para nuestras gentes, pues ha llegado la hora de la verdad.
Y a ti, estimado cazador, ganadero, veterinario, armero, agricultor, pescador, criador, te animo a acudir a esa gran manifestación que seguro conseguiremos convocar por la defensa de nuestra forma de vida, de nuestra pasión, en definitiva, a conseguir que toda España escuche el latido del mundo rural. ¡POR NUESTRA FORMA DE VIDA Y POR LA LIBERTAD!