Un perro muy inteligente

Cada cazador en particular, antes de adquirir una raza u otra, ha de tener en cuenta sus propias características físicas y pensar la raza a elegir teniendo en cuenta a su vez la modalidad que practica y el modo como lo hace. Aunque les quiero hacer un inc



Pointer inglés mostrando sobre perdiz.

A pesar de su explosividad batiendo todo tipo de terrenos, también es un perro dócil y sensible al servicio del cazador más exquisito. Con cierto adiestramiento básico puede ser el predilecto por cualquier cazador ya que ha nacido para cazar y a muy corta edad hay ejemplares que lo harán como si ya fuesen veteranos, ya que en su cabeza sólo existen dos cosas: el placer de buscar a su presa y el de complacer a su dueño.

Dándole campo y teniendo unas nociones básicas de adiestramiento, si el ejemplar es bueno, él pondrá el resto, siendo nuestras jornadas momentos inolvidables junto a nuestro Pointer.

Vídeo: Diego Ovejas

Cazar con perro de muestra

La sensación de salir a cazar perdices, codornices, becadas o conejos incluso con perro de muestra en un territorio salvaje, en la época de máximo esplendor de las especies en el campo, otoño-invierno, cuando las piezas tienen toda su ventaja, pues son autóctonas y estamos en su casa, resulta enriquecedora para el alma.

La incertidumbre al empezar el día, la satisfacción al acabar la jornada, donde la fatiga hace mella en nuestro cuerpo, las consecuencias del tiempo en nuestro rostro, pues suelen ser días de invierno son hándicaps con los que uno aprende a lidiar. Si logras llegar en equilibrio al final de una jornada con un par de lances en la retina tras una guía de aproximación para acabar en muestra pétrea, bloqueando las perdices, al acabar el día serás un hombre tremendamente dichoso o feliz.

Las necesidades del cazador

Abraham Maslow, en 1943, expuso su teoría sobre la jerarquía de las necesidades humanas. La pirámide divide cinco niveles, siendo el último el de la autorrealización. Para un cazador de perdices con pointer acabar la jornada con un par de salvajinas trabajadas a tope y a muestra de perro sería alcanzar esa punta del gráfico piramidal. Al igual que esa última fase equivaldría a salir de caza con tu perro durante la vida cotidiana.

Durante algunos meses voy a relatar historias de caza y, sobre todo, caza con «el señor del viento» que, cabeza arriba, nos indica la presencia de la ansiada pieza para hacernos tocar el cielo en las zonas más agrestes de nuestra geografía, donde el hombre encuentra su libertad, casi siempre tras la perdiz silvestre, la reina de la caza menor, «la terrible roja».

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