Selous; dos nombres abocados al olvido

En un reciente viaje por tierras inglesas no pude resistir hacer una parada en el Museo de Historia Natural de Londres, considerado como uno de los mejores del mundo en su ámbito.


Entre una abundante colección de especies animales y vegetales, donde destacan los restos fósiles de dinosaurios y otras muchas especies extintas, me llamó la atención el busto dedicado a Frederick Courteney Selous (1851-1917), ubicado en el hall principal del edificio, enalteciendo la figura de un gran cazador, explorador y naturalista.
El oficial Selous obtuvo un merecidísimo prestigio en su país natal, Inglaterra, gracias a las múltiples profesiones que desarrolló, casi todas al servicio de la patria. Trabajó como guía en la Compañía Británica de África del Sur, creada por Rodes (primer ministro de la colonia del Cabo, Sudáfrica), donde abrió camino a los colonos para llevarlos desde Sudáfrica hasta Fort Salisbury, la actual Harare, capital de Zimbabue. También es conocida su faceta de guía de safaris, organizando la expedición de caza más grande realizada hasta la fecha. En aquella ocasión asesoró a Theodore Roosevelt, presidente de los Estados Unidos, y a su hijo Kermit, consiguiendo abatir 512 animales de ochenta especies diferentes, los cuales se destinaron en su mayoría a fines científicos.
El ejército inglés también tuvo el privilegio de contar con sus servicios en la campaña africana, donde Inglaterra y Alemania disputaban una batalla desigual por el control del África Oriental Alemana, que se extendía por los presentes estados de Burundi, Ruanda y Tanzania. En una de esas operaciones militares, el 4 de enero de 1917, en las colinas de Beho-Beho, un francotirador alemán segó su vida. Además fue escritor, explorador y naturalista, siendo el primer hombre blanco en pisar algunas tierras vírgenes africanas. Pero por encima de todas estas cosas, Frederick Courteney Selous fue cazador, y de los buenos.
Ya en su juventud expresó su idea de ser cazador en África y seguir los pasos de Livingstone. Así, con sólo 19 años, se embarcó rumbo al continente negro. Pronto se adentró en zonas inexploradas como Matabeleland (al Suroeste del actual Zimbabue) en búsqueda de elefantes, la pieza que, junto al león, más le gustaba cazar. Estas aventuras le causaron la rotura huesos, accidentes de caza con el rifle, cicatrices y también el contagio de la malaria, tributo que tenían que pagar casi todos los exploradores y cazadores africanos, como así relató en uno de sus libros, Los viajes de un cazador en África, y que le catapultó a la fama internacional.
El lugar donde hace unos años desarrolló gran parte de sus aventuras y cacerías, y donde hoy reposan sus restos, se ha convertido en una de las reservas de caza más grandes de África, considerada como Patrimonio Mundial de la UNESCO. Por desgracia, recientemente, el Comité del Patrimonio Mundial, reunido en Doha (Qatar), inscribió a la Reserva de Caza de Selous (Tanzania) en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro debido a la caza furtiva a gran escala que está diezmando las poblaciones de animales salvajes.
Selous, de 50.000 km2, es una de las zonas protegidas más grandes de África. Supone el 10% del territorio de Tanzania y acoge un gran número de los animales más representativos de África, incluido los cinco grandes. El Parque comprende zonas de vegetación muy variadas, desde matorrales densos hasta praderas boscosas abiertas, lo que supone un valioso laboratorio de procesos ecológicos y biológicos. Sin embargo, el aumento de la caza furtiva ha causado un enorme declive en las poblaciones de animales salvajes. En particular, las densidades de elefantes y de rinocerontes han disminuido casi un 90% desde 1982, año de su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial, como así atestigua la propia UNESCO.
Confiamos que la problemática de la caza indiscriminada que está asolando África no caiga en el olvido, al igual que no sean olvidadas la figuras de grandes exploradores, aventureros y sobre todo cazadores como el oficial Selous, que abrieron una ventana del continente desconocido al resto del mundo.
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