Hienas verdes

Los ‘visionarios verdes’ del siglo XXI han ‘rebuznado’ en los últimos días con la idea de implantar una de sus estupendas ideas. No es otra que la prohibir la asistencia a menores de catorce años a monterías, batidas o cualquier otro tipo de acción cinegética, como ya consiguieron con la intervención de estos menores en los festejos taurinos.


Los ecologistas han caído como hienas sobre este colectivo para apartar de nuestro lado a jóvenes que, como a los mayores que acompañan, lo que les gusta es disfrutar de un día en el campo practicando su afición favorita. En estas jornadas en la que permitimos que los pequeños nos acompañen no queremos más que aprendan a respetar la naturaleza, amarla, conocerla. Sentirse en ella a gusto, interpretar y descifrar sus secretos, los cuales no están recogidos en ningún libro de texto y apartarlos del mundanal ruido y contaminación de las ciudades. En ningún momento, si cualquiera de los padres que salen a cazar con sus hijos sintiesen que sus vástagos van a estar en peligro, aprobarían su asistencia e, incluso, ellos mismos renunciarían a participar a dicha cacería con tal de protegerlos. Parece que estos personajes ‘rojiverdes’ tienen otros conceptos de pasar un agradable día en familia. ¿Qué les parece un ameno paseo por la sierra a cortar alambradas de tal o cual finca? ¿O tal vez prefieren atacar una granja de visones americanos y soltar miles de individuos? ¿Y encadenarse en la entrada de una empresa y no permitir el paso a sus trabajadores? La verdad que esta enseñanza constructiva les vendrá muy bien a los descendientes de estos salvadores de la Tierra cuando en unos años tengan que enfrentarse a la policía. Para entonces, además, habrán aprendido a fabricar un cóctel molotov o a lanzar piedras a más de veinte metros, siempre resguardados tras capuchas o pasamontañas. Desde luego, con estas prácticas, sumado a unos minutos en los telediarios y programas sensacionalistas, conseguirán más dinero, ayuda y subvenciones que nuestros hijos trabajando honradamente, quienes con sus impuestos, al igual que ahora los hacemos nosotros, pagaremos estas atrocidades tan políticamente correctas. Así nos vemos.
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