Cuando tenía P.D.A.

Estoy delante del ordenador tratando de poner en orden vivencias y acontecimientos que han ocurrido no hace tantos años.


Soy de los que aprendí a escribir y sumar con una pizarra, un pizarrín y un trapo para borrar, después con los plumines y tiralíneas, el tintero de tinta china así como la tiza, para borrar los chivones, esto era la mancha de tinta que se producía al llenar mucho el plumín, con papel, lápiz y goma, escribíamos todas las letras en las que guardábamos todos los buenos y no tan buenos recuerdos, cartas a nuestros familiares y amigos.

Aprendimos a leer en clases sin calefacción ni aire acondicionado, solamente tenía un pequeño brasero de cisco o picón el Señor Maestro, siendo los inviernos muy duros. Con todo esto aprendimos a usar la biblioteca y lo mejor cuando teníamos la P.D.A., sin batería ni consumo eléctrico, vamos Papel De Apuntar.

No teníamos tecnologías, no había G.P.S., pero íbamos a todas partes. Sí, teníamos planos de papel y teníamos a los lugareños y paisanos que nos indicaban dónde estaban los mejores sitios de pesca, los caminos más asequibles, dónde comer y dormir, qué sitios visitar. Pero no teníamos prisa por llegar a los lugares.

La gente hablaba ESPAÑOL y en los múltiples pueblos que visitábamos nos entendíamos inclusive fuera de nuestra ESPAÑA, no ha pasado tanto tiempo y hoy volamos con prisa para llegar a ninguna parte. Aprendí a pescar, pero lo más importante, descubrí a leer el campo, el agua de los ríos, empecé a escribir en un diario o cuaderno todo lo que acontecía y observaba en cada salida de pesca, ver cómo se movían y alimentaban los peces, los lugares de caza y descanso, sus querencias de hábitat y sus costumbres, los desplazamientos en las cuatro estaciones y zonas de reproducción, también compartí con los amigos todo lo aprendido.

La pesca era vida y realizar capturas un ARTE. Teníamos una virtud que hoy en día casi ha desaparecido, se llama RESPETO, respetábamos a nuestros mayores, padres, familiares amigos y gente de toda condición. Como soy pescador puedo decir que los desaparecidos pescadores tradicionales de nasas, trasmallos, garlitos, esparaveles, remangas o redayas, barcas cuadradas de arenero y pértigas, con los pescadores de caña se entendían bien, compartían  el mismo río pero con distintas artes.

Cuántas veces nos han desplazado en sus barcas para poder acceder a mejores puestos donde tirar las cañas, las especies eran las que vivían en sus aguas, hoy a pesar de las tecnologías solo quedan las especies que de todos los sitios del mundo están colonizando nuestros ríos, desplazarte a la orilla de los ríos, donde solamente con la caña, sentir el sonido del agua, observar la naturaleza y si tenemos la gran paciencia de engañar a un pez con nuestras artes, tener la libertad de devolverlo a sus aguas o disfrutarlo en una buena mesa. Siempre lo llevamos en nuestra memoria o P.D.A.

El acontecimiento, como dato curioso, si hoy mi madre Pilar con 93 años me pillara quitándole los hilos del costurero y de las medias de seda, plumas y pelos de los utensilios de limpieza me sacudiera con la zapatilla, estaría en la cárcel, le habrían quitado mi custodia y no sé cuántas cosas más.

Cómo hemos cambiado. Un minuto que pasa es irrecuperable. Conociendo esto, ¿cómo podemos malgastar tantas horas?

Salud y buena pesca

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