La verdad de la caza
Tras finalizar la temporada, los cazadores más pequeños dan ejemplo y limpian los montes
María, de siete años y Álvaro, de nueve, tienen valores de los que muchos mayores deberían de aprender. Hijos de cazador y residentes en Cuevas del Becerro, en Málaga, acompañan a sus padres en sus días de caza y aprovechan para limpiar los montes.

Álvaro es hijo del reconocido podenquero malagueño Diego Gil. Con el fin de la temporada, dedican varios días a recorrer varias zonas de caza y entrenamiento de perros para recoger hasta la última vaina que encuentran a su paso.
Esas vainas nunca deberían haberse dejado en el campo, pero con grandes cazadores como estos pequeños, la ética acabará imponiéndose y conseguirán que el campo no note la presencia del cazador.
