¿A qué jugamos?

Últimamente no salgo de mi asombro, ya no sé a qué jugamos en el mundo de la caza o a dónde queremos llevarla. No dejo de ver imágenes en las redes sociales donde lo menos importante es la caza, el campo, la pieza abatida o los valores que nos han inculca


Muchos se preguntarán a qué me refiero, pero lo primero que quiero hacer es una mención a la Infanta Doña Alicia de Borbón, fallecida recientemente. Esta mención no la hago por su condición de Infanta, ni siquiera por su condición de mujer, la hago por ser una cazadora de las de pasión, de raza. Esta compañera contaba en su haber el record de tener todas las especies cinegéticas españolas cazadas, incluido el lince y oso cuando en este país abundaban en nuestros montes y eran especies cinegéticas. Mi asombro se puede ligar a esta mención que hago a Doña Alicia, llevo muchos años cazando, es mi forma de vida y, siempre en ella, han estado presentes muchas mujeres ejerciendo la caza, como un compañero más, pisteando como el primero, arrastrado los animales a los caminos como uno más, han llevado la mano de las perdices perfectamente, y han compartido almuerzo y risas como uno más de la cuadrilla.
A ningún varón de los que estábamos en esas jornadas nos importaba si eran gordas o delgadas, guapas o feas, altas o bajas, lo único que teníamos en esos momentos eran una compañera en la cuadrilla, en la montería. No nos hemos reído por si eras feas o guapas, nos hemos reído con ellas por los fallos, igual que se han reído de mí o de cualquiera. No nos hemos alegrado porque cazaran con modelitos ajustados u holgados, nos hemos alegrado por sus buenos lances, como de los lances de cualquier varón. En mi caso he aprendido a cazar por lo que me han enseñado, tanto cazadores hombres, como cazadoras mujeres. Y por eso digo que ya está bien, que ya aburre y avergüenza la imagen que algunos se han empeñado en dar de la mujer cazadora en las redes sociales. Ya está bien de que prevalezcan los intereses comerciales a los de mostrar la realidad de la mujer cazadora, y ya está bien de que ciertas mujeres entren en este juego, bien porque no sepan lo que es la mujer cazadora, o bien por intereses personales. Pero amigos y amigas, no intenten meter en ese saco a todas las mujeres que practican la caza, porque nada más lejos de la realidad la imagen de nuestras cazadoras de la que nos pretenden hacer ver.
Dejen de denigrar la imagen de la mujer, dejen de lucrarse por ello, y si realmente lo que pretenden es ayudar a la caza, tomen otros caminos más cerca de la realidad y, sobre todo, más respetuosa con nuestras compañeras. A las mujeres que entran en este juego decirles que se hacen un flaco favor a ellas mismas, y sobre todo que no representáis a ninguna de las mujeres que he tenido la suerte de compartir mis jornadas de caza. Es por este motivo que no sé a qué jugamos. Ni a dónde queremos llegar. Y ahora sí, ya puede salir la jauría de palmeros de estos que nada tienen que ver con el mundo de la caza a ladrarme y a morderme, que yo seguiré disfrutando de la caza con mis compañeros, sin importarme que sean hombres o mujeres. Suerte.
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