Estamos viviendo tiempos muy convulsos en esta sociedad, en donde el interés particular se impone al general. En la historia reciente de este país nos dieron una lección que pronto se nos ha olvidado. Señores de diferencias ideológicas radicales fueron capaces de sentarse en una mesa para devolver la democracia a España, debatieron, se escucharon, plantearon y llegaron a un entendimiento que fuera beneficioso para todos. Y eso lo consiguieron escuchando y poniéndose en la piel de quien tenían enfrente.
Llevo cazando toda la vida, siempre desde los valores que me enseñaron, respetando el medio ambiente, respetando la flora y fauna como patrimonio de todos los españoles. Durante esta vida siempre me he encontrado gente que no entendía por qué cazaba, personas que no entendían cómo daba muerte a un animal para después llevarlo al plato. Pero nunca hasta estos últimos años me había sentido acosado, atacado, insultado, amenazado…
Hoy en día, sobre todo en las redes sociales, me encuentro a personas que se hacen llamar ecologistas o animalistas. Personas que se esconden detrás de un teclado para defender sus ideales, pero lo hacen desde la amenaza y el insulto. Personas que no quieren escuchar al que no piensa igual, simplemente pretender imponer su visión desde la cobardía del insulto. Raro es el caso de encontrar a alguno que quiera escuchar, que se interese por una visión distinta a la suya o que quiera saber qué hacemos realmente.
Ser cazador no solo es salir a pegar tiros, un cazador está en el campo todo el año, cuida la flora y fauna, hace comederos para cuando los recursos naturales flaquean, limpia fuentes o hace bebederos para la época de sequía, colabora en la extinción de incendios, ayuda a rescatar animales atrapados en la nieve, denuncia a quien no respeta el ecosistema, etc. Podría seguir describiendo lo que significa ser cazador, pero para qué, si los que tengo enfrente no quieren escuchar lo que tengo que decir ni son capaces de darse cuenta que nos unen más cosas que nos separan. ¿Cómo puedo debatir con el que no quiere respetar la libertad del prójimo, y lo más difícil, cómo explicarle a alguien qué es el campo para mí, cuando ni siquiera ellos lo han pisado nunca, cuando defienden algo que no conocen, cuando su opinión viene dada por unos dibujos de Disney, en donde se creen que un simpático conejo como
Tambor habla? ¿Cómo hacerle ver a esta persona que no existe mayor crueldad con un animal que humanizarle?
A lo mejor el raro soy yo, el que pueda estar confundido y que no sepa nada de ecologismo. Pero no me dan la oportunidad de verlo, ya que no se molestan en debatir, solo quieren imponer sin respetar.
Espero que con el tiempo esta dinámica que se ha impuesto de radicalismo cambie y volvamos a esa época en la que se podía debatir, ya que si no, por desgracia, puede llevarnos a un enfrentamiento que se nos vaya de las manos a todos.
Y no puedo cerrar este pensamiento en voz alta de un sencillo cazador sin dar las gracias a esos pocos que tengo enfrente que siguen queriendo escuchar, y al resto que no el brindarles la receta de hoy, ya que su ignorancia les impide degustar los manjares de la caza.
Codorniz con manzanas
Ingredientes (para 4 personas)
4 Codornices
2 Cebollas
1 Zanahoria
1 Diente de ajo
1 Manzana reineta
6 Cucharadas de aceite de oliva
1 Vaso de Vino blanco
1 Vaso de agua
Unos ramilletes de perejil
Pimienta negra en grano
Sal
2 Manzanas reinetas de guarnición
Elaboración
Picamos las cebollas en tiras finas (corte en juliana), junto con la zanahoria en rodajitas, el ajo en láminas y la manzana en trozos, y sofreímos en una cazuela con el aceite caliente.
Limpiamos las codornices y las sazonamos por dentro y por fuera.
Incorporamos las codornices a la verdura y a la manzana sofrita y rehogamos el conjunto.
Cuando las codornices estén doradas vertemos el vino blanco, la pimienta, el perejil y un poquito de sal al gusto.
Rehogamos el conjunto y añadimos un vaso de agua.
Cocemos lentamente todos los ingredientes, hasta que consigamos que las codornices estén tiernas y la verdura cocinada.
Sacamos las verduras de la cazuela, las pasamos por el pasapurés y a continuación por el colador.
Volvemos a introducir las codornices en la salsa y damos un hervor poniendo a punto de sal el conjunto si hiciese falta.
Para la guarnición pelamos unas manzanas reinetas, las cortamos en gajos y les quitamos el corazón.
Con un poquito de aceite de oliva y una pizca de sal y azúcar, introducimos las manzanas en el microondas a media potencia, tapadas con un poco de papel transparente. En dos minutos tenemos lista la guarnición con la que acompañaremos las codornices en salsa.