De morralero a cazador

Todo en esta vida requiere un camino de aprendizaje; ni teniendo un don natural puedes saltarte los pasos de la vida. En la caza es igual, aun incorporándote a esta actividad de mayor, puedes dejar aún lado las enseñanzas del campo.


Salir a cazar no es apretar un gatillo y abatir piezas, salir a cazar es fusionarte con la naturaleza. Aprender a leer las señales que te da el campo, conocer las querencias de los animales, aprender a disfrutar de los fallos y así cada ingrediente que nos da esta forma de vida. Por todo esto es fundamental que nos quitemos de encima los miedos, y llevemos en nuestras jornadas cinegéticas a nuestros más pequeños, que les enseñemos a sentirse orgullosos de dónde vienen. A que amen la naturaleza como la amamos nosotros. No existe para un cazador mayor recompensa que poder disfrutar de nuestra pasión con nuestros hijos, y os aseguro que para ellos será algo maravilloso que llevarán en su recuerdo toda la vida.
Amigos, hagamos de nuestros hijos grandes morraleros, ya que de esta manera aseguraremos que en el futuro sigan existiendo grandes cazadores, en donde prime una forma de vida por encima de un trofeo. Enseñémosles que lo que hacemos es ecologismo, que es respeto, que es nuestra historia y la de nuestras familias, enseñémosles lo que es compañerismo, lealtad y educación, esos valores que por desgracia se han perdido en la sociedad actual de las ciudades y pueblos. Y cómo no, enseñémosles a disfrutar alimentándose de lo que han cazado, ya que no existe carne más sana y natural que nuestras piezas de caza.
Por esto hoy quiero dejaros otra receta para que la realicéis en vuestras cocinas con la ayuda de nuestros pequeños morraleros.

Piruletas crujientes de solomillo de corzo y salsa de pimienta rosa

Ingredientes (4 personas) Piruletas 2 solomillos de corzo 50 gramos de kikos 1 huevo Harina Pan rallado Sal y pimienta Aceite oliva (para freír) Palos de madera estilo pincho morunos Salsa de pimienta rosa 200 cal de nata para cocinar 30 gramos de pimienta rosa 1 copita de brandy Sal

Elaboración

Limpiamos de grasa y restos los solomillos de corzo y los cortamos en rodajas de 2 centímetros aproximadamente y los salpimentamos. Machacamos los kikos en un mortero hasta dejarlos granulados. Una vez molidos los mezclamos con el pan rallado. Batimos el huevo y nos disponemos a empanar los medallones de solomillo, pasándolos por harina, huevo y la mezcla de pan y kikos. Una vez empanados los pinchamos en los palos de brochetas como si fueran piruletas. Ponemos en una sartén al fuego y le incorporamos la pimienta rosa en grano, cuando empiece a calentarse le añadimos la copita de brandy y flambeamos hasta que evapore el alcohol. A continuación añadimos la nata y ponemos a punto de sal. Dejamos reducir hasta conseguir el espesor deseado a gusto. En una sartén o freidora, freímos con el aceite muy caliente nuestras piruletas dejando el extremo del palo fuera para poder manipularlas hasta que doren. Y ya tenemos lista nuestra receta de hoy.

Consejo

La piruletas se pueden congelar una vez empanadas para conservarlas para otro día, lo único que una vez descongelada deberíamos de pasarlas de nuevo por pan rallado. También podemos hacerlo con solomillo de gamo/a, ciervo/a.
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