La defensa de la caza.


Yo creo, sin querer ser pesimista, que esto tiene un difícil arreglo o solución por varias razones. La primera, y para mi la más importante, es que la mayoría, por no decir todos los cazadores de a pie, no nos sentimos representados por nadie. Hasta ahora, todos o casi todos los que se han autoproclamado representantes de los cazadores, han dicho lo mismo, que iban a velar por el cazador de a pie, por nuestra imagen ante la sociedad, por que las leyes que regulan la caza fueran mejores para todo el colectivo de cazadores y, en general, por todo aquello que a los cazadores nos inquieta y preocupa realmente. ¿Pero al final que ha pasado siempre? Pues que todo lo dicho se ha ido disipando hasta quedar en agua de borrajas. Al final lo que hemos ido viendo es que han primado –o al menos, aunque por qué no de forma equivocada, a mi me ha parecido eso- ciertos intereses particulares y, que por lo que menos han luchado ha sido por lo más necesario en nuestro colectivo, por aglutinar la mayor fuerza que hoy día puede tener la caza, que no es otra que la que pueden ejercer los cazadores de a pie unidos, que al fin y al cabo es la mayoría y la que más fuerza y respaldo le puede dar a cualquier representante del colectivo de cazadores a la hora de llamar a la puerta de cualquier despacho. A mi particularmente me hace gracia que algunos digan que los cazadores estamos representados por tal o por cual organismo o asociación, cuando yo a la mayoría de cazadores -casi todos federados- de las sociedades deportivas locales de caza, cuando les pregunto si saben quien es Andrés Gutierrez, so saben si contestarme que es un cantante o un torero, es decir, que no conocen ni quien es el presidente de la R.F.E.C. Pero es que si les preguntas que beneficios obtienen por ser federados, ni contestan, porque es que no saben realmente ni que es lo que hace la Federación por ellos o para ellos, cuando en realidad esos cazadores son los que más fuerza y respaldo le podían dar a la Federación y a sus representantes. Pero hay algo peor, y es que cuando les estrechas el círculo y les preguntas si saben quienes son sus representantes provinciales y comunitarios, te dicen lo mismo, que tampoco lo saben. Algo que me hace pensar que estamos muy alejados unos de otros. Y aquí es donde está la pregunta o preguntas del millón: ¿Es que a los cazadores de a pie de este País no nos preocupan los problemas de la caza y por eso no queremos saber nada de ellos? ¿Es que andamos todos a nuestra bola y solo nos importan nuestros propios problemas? ¿O será que ninguno de los que se autoproclaman nuestros representantes ha sido hasta ahora capaz de meterse entre nosotros y hacernos ver los problemas comunes que todos tenemos, y que los problemas que hoy día solo tienen unos pocos al final van a ser comunes para todos? ¿O es que nadie ha merecido hasta ahora la confianza de los cazadores de a pie porque no ha sabido o no ha sido capaz de ganársela? Yo creo que la Federación a través de sus tentáculos provinciales debería acercarse más al cazador de a pie que no lee las revistas del sector cacero o no dispone de la información necesaria que pueden dar otros medios, de forma que estuviera más al día sobre la que puede ser la problemática de la caza. La federación, la Oficina Nacional de la Caza, u otra de las muchas asociaciones de las que existen, debería tener más informados a los presidentes de las asociaciones locales de cazadores de todos los problemas relacionados con esta actividad, a base de reuniones mensuales o como fuera, y haciéndoles ver que su comunicación con esos asociados de los cotos locales de caza es importantísima a la hora de tenerlos más unidos de lo que lo están, además de hacerles ver lo importante que es esa unión de cara a la resolución de todos nuestros problemas, que por desgracia son muchos. Los cazadores de “elite”, y ese sin fin de ellos que rodean a la Federación necesitan muy poca información por parte de ésta, ya que la obtienen por si mismos a través de muchos canales, y, sin embargo, parece ser que son a los que más informados quieren tener todos los que se autoproclaman nuestros representantes. La conclusión que he sacado todas las veces que me he puesto a pensar sobre el tema, es que ciertas personas desde sus poltronas se han dedicado más a acercarse a quienes no los necesitaban que a los que realmente deberían haberse acercado, pues posiblemente estas últimas personas, los llamados cazadores de a pie, les hubieran ayudado y dado mucho más apoyo sin pedir casi nada o nada a cambio, aún no siendo tan importantes. Rayón.
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