Una partida de los Presupuestos para la vacuna del conejo
El año acaba entre predicciones catasatrofistas. Dicen que nos estamos cargando el planeta, y es muy posible que tengan razón. Extinción de aves, especies en grave peligro, cambio climático, calentamiento global. El informe Stern ha dado el disparo de salida y, a partir de ahí, todo vale. Incluso para que muchos sectores hagan sus particulares negocios.
Mucha palabrería, muchos informes, muchas declaraciones de intenciones y luego… Porque al campo salen muy pocos de ésos que hacen predicciones de salón. Porque si no solucionamos lo que nos es más cercano, ¿cómo vamos a intentar acabar con una amenaza mucho más lejana? Llevamos años esperando esa vacuna ecológica recombinante que ponga fin a las enfermedades del conejo de monte, base de la pirámide ecológica en nuestros territorios. Sabemos que su recuperación supondría también la de muchos depredadores amenazados y la posibilidad de muchas jornadas de caza y aprovechamientos cinegéticos. Pero ahí estamos. Teófilo de Luis, del Partido Popular, sigue con su campaña a favor de la caza y de los cazadores —rehalas, transporte de armas y munición, reglamento de armas, parques nacionales…— y me manda la enmienda de su Grupo a los Presupuestos de 2007 en Medio Ambiente, para que se destine una partida para esa vacuna del conejo. Hay dinero para casi todo lo que suene a conservacionismo, y para algo tan importante como esa vacuna siempre ponen problemas y trabas burocráticas. A algunos no parece interesarles que salga adelante. Pero no voy a extenderme más. Seamos algo más optimistas para 2007. A todos les quiero hacer llegar mi felicitación navideña y mis deseos de una buena salida y entrada en el año nuevo. ¡Cacen lo que puedan mientras todavía podamos!