Burros y caballos lanceando
Hace no más de una semana, se acaba de publicar una modificación del Reglamento de Caza en Castilla-La Mancha. En otra ocasión casi nadie se hubiera percatado del mismo, pero miren por dónde, han tenido que ser los ecologistas los que hayan querido tener
Lógicamente, para estos medios no es noticia que pueda haber menos accidentes de caza porque se aprueben normas de seguridad, como tampoco lo es el hecho de que el muflón vuelva a ser una especie cazable y recuperemos una especie emblemática de la región. Y mucho menos que se agilicen los trámites administrativos, por no hablar del hecho de que las licencias no sean sólo emitidas por administraciones o entidades financieras, o de que el jabalí en mano se regula como modalidad. «¿Jabalí en mano? –pensarán. ¡Uy!, eso suena bien, ¡bórralo!». Y como estamos en momentos de bonanza económica, para qué hablar del hecho de que este Reglamento permitirá, con la ampliación de días de caza, más de 12.000 jornales. Sí, sí, 12.000 jornales. ¿Qué de dónde? Pues miren, tres semanas de caza por diez jornales/día en sesenta cotos, echen cuenta ustedes mismos. Todo ello a cuenta de 1.500 cazadores de otros países. Y sólo cuento sesenta cotos que son los que realmente son profesionales, porque estadísticamente hay más de 300. Fíjense si tenían donde extractar titulares positivos para este mundo de la cinegética. Pues no. Todo eso no es noticia para nadie. Sólo es noticia el hecho de que se haya aprobado la barbarie del lanceo de jabalí a caballo. Seguramente sólo afecte a menos del 1% de los cotos de la región, pero estos medios, ávidos de sangre con sabor a gaviota estaban, cual reculeros en montería, esperando en la linde. Les da igual que esta modalidad lleve en nuestro mundo desde el siglo IV a.C., e incluso no valoran que, quien lo denuncia, los ecolojetas de siempre, ellos mismos lo permitan y lo avalen en un parque nacional como Doñana, nada más y nada menos. Todo eso daba igual, el caso era hacer chicha. Nunca podrán ser noticia por su trabajo, por sus investigaciones, por su labor de conservación. Esta vez, como todas, deben destacarse en modo carroña, lanceando al cazador, en esta ocasión desde el burro, es decir, sobre ellos mismos. Pero luego nos encontramos con una segunda remesa de críticos, los cuales, por supuesto, respeto infinitamente más. Y esos vienen de dentro, de nuestro mundo. «Que para qué hemos tenido que incluir el lanceo», «que mira la que hemos liado», «que por qué se amplían los días de caza para los cotos que comercializan perdiz», «que por qué hay que llevar un brazalete de 6 cm de anchura, que iremos vestidos de payasos…». …Y es que nunca llueve a gusto de todos. ¡Cuántos complejos seguimos teniendo! Sólo permítanme algún que otro comentario. Cuando propuse en los Consejos Provinciales y el Regional el lanceo de jabalí, aquéllos que se opusieron y que me criticaron, hoy sacan pecho porque es noticia, como los de antes, los carroñeros. Estos mismos critican el ojeo de perdiz cuando ellos gestionan cercas de caza mayor de poca más superficie que el patio de mi casa. Además, no se dan cuenta que con la ampliación de días de caza no hemos sino hecho un ejercicio de responsabilidad. Observen las órdenes de veda y las leyes de Andalucía, Extremadura, Madrid… comprobarán que la única CCAA que no permite la caza intensiva después del 1 de marzo es… ¡Castilla-La Mancha! Y, por último, en poco menos de dos años el fallecimiento de cazadores por accidentes nos ha sacudido de una forma brutal. Algunos conocidos, muy queridos y grandes cazadores. Y, en la mayoría de casos, no lo duden, el brazalete hubiera hecho que ni tan siquiera al cazador se le hubiera ocurrido levantar arma alguna. Y es que a veces me da la sensación de que este mundo de la caza no crecemos porque no nos dejamos crecer. Es cierto que estamos cansados de promesas, que casi nadie nos creemos todo lo que nos han prometido en estos últimos meses. Pero también es cierto que esta oportunidad que tenemos delante de la mesa hay que aprovecharla. Déjenme ser positivo por una vez: el Ministerio no va a hacer una ley básica de caza porque no la puede hacer, por mucho que nos empeñemos en ella. Pero sí podrá regular la caza dentro de una nueva Ley de Montes. El Ministerio no podrá sacar una licencia única de caza, porque ninguna CCAA tendrá bemoles para dejar un euro por el camino. Pero podrá sacar un carnet de caza y que podamos ir a cualquier banco a pagar la tasa correspondiente. El Ministerio podrá modificar la famosa Ley Narbona (Ley de Patrimonio Natural y la Biodiversidad) que tanto nos coarta en materia de gestión del medio natural. Ya sé, en tanta palabrería destaca el modo utópico… Pero es que algunas de estas cosas ya las está haciendo, ya tiene a varios equipos trabajando en todos estos proyectos, que deberían ver la luz en menos de un año. Y si no es así, seré el primero en agachar las orejas y salir voz en grito. Y, finalmente, volviendo a mi tierra, nos prometieron cambiar el Reglamento de Caza y en un año se ha cambiado dos veces. El siguiente paso es la Ley de Conservación de la Naturaleza y la propia Ley de Caza. No sé yo cómo saldré de este órdago de hacer promesas de las promesas que otros me hacen. El tiempo dirá o hará callar. Ustedes no prometan lo que yo les he prometido, por si acaso.