Quieren prohibir la tórtola

Ya está Tío Calañas otra vez con las tórtolas. Desde luego, porque por aquí por el sur es la tórtola nuestra pieza de verano, como es la conorniz la pieza reina para los castellanoleoneses. Y lo es más si encima nos gusta tirar al vuelo. Caer una tórtola atravesada es una sensación única.


Por eso escuchar que quieren prohibirla me angustia. Dicen que hay pocas, bueno, yo quiero matizar: hay muchas menos que en los años 70 sin duda, pero yo tengo la suerte de verlas todos los veranos en esta finca donde vivo. Claro que antes había más tórtolas, no sólo tórtolas, también había más trigueros, más pajaros de grano, pájaros que también han disminuido drásticamente y tampoco se cazaban. ¿Por qué?, porque no hay comida.

Recuerdo que en los años 70, incluso 80, en esta finca y los alrededores se sembraban muchas hectáreas de grano, y así por toda España, cómo no iba a haber más tórtolas si España entera se sembraba. Mucha gente vivía en el campo, tenían ganado y todos los años todo el mundo sembraba algunas hectáreas, y daba gusto ver la cantidad de pájaros que se veían por doquier. Pero la gente fue abandonando los campos, se dejó de sembrar llenándose todo de monte. Para colmo, el norte de África, antes un desierto, se llenó de cultivos, y la tórtola ya no tenía que pasar el Estrecho para no morirse de hambre y criar.

Se juntó todo, se dejó de sembrar como antaño, el norte de África se convirtió en un vergel y sí, la tórtola se cazaba en mucho en España, incluso cuando entraba, famélica y extenuada, en la Península. Estas tiradas se prohibieron acertadamente porque esa tórtola venía a criar. Muchos cotos, tras olvidarse de las siembras por muchas razones —más caras, se la comía la creciente caza mayor— empezaron a hacer comederos, a echar grano en una zona del coto para empicar a la tórtola y cazarla. Pero eso tampoco era de recibo porque los comederos se hacían a última hora y sólo servían para concentrarlas y cazarlas sin ningún control.

Nosotros lo hicimos también, hasta que nos dimos cuenta que eso no era lo adecuado. De modo que adelantamos el comedero a principios de abril, cuando la tórtola entra en la Península, y comprobamos cómo la tórtola empezó a criar en torno a ellos con mucho éxito. Ya no lo hacíamos a última hora para juntar a las tórtolas que con mucho sacrificio habían criado por la zona. Ahora les ayudábamos a criar para después cazarlas con cabeza. Y la receta ha funcionado, en la finca volvemos a tener muchas tórtolas, y pájaros de grano que dejaron de verse. Y cuando llega la media veda cazamos sólo una mañana o tarde cada siete días, y hacemos siempre los cupos que manda la Administración. Tenemos así donde pegar unos tiros y juntarnos todos los socios.

Sé, y no porque hayamos hecho conteos muy rigurosos, que son muchas las que se van, muchas más de las que abatimos. Nos divertimos toda la media veda y hasta la próxima primavera. Si todos actuáramos así tendríamos más tórtolas, porque aquí las tenemos. Y sé que quien lo hace así, lo repite ya todos los años. Por eso me indigna que algunos quieran prohibir cazar la tórtola como medida para recuperar la población.

Estos días he leído mucho sobre el asunto y en Inglaterra se prohibió y no hay más tórtolas, quizá menos. Y es que si se prohíbe la tórtola desaparecerán los comederos, los buenos y los malos, y la tórtola criará mal porque en el campo español, cada vez más cegado por el matorral e inundado de herbicidas, no hay nada que comer. Siempre es mejor gestionar que prohibir y dar valor a un animal es mucho mejor que quitárselo, valor cinegético en este caso.

Recuerdo lo que le pasó a la perdiz pardilla, que se prohibió porque era escasa en muchos lugares. Ahora hay menos y no se caza, ¿por qué? Porque allí donde había, poca quizá, pero había, sus cazadores sembraban, ponían comederos y se combatían los depredadores, ayudando a la especie. Pero si no se pueden cazar, nada se hace ya para ayudarla.

También hay mucha gente que dice que el comedero es una trampa. ¿Y no es una trampa la pequeña siembra de girasol, hecha en un querencioso lugar del coto exclusivamente para cazar la tórtola? ¿Y por qué este cazadero, al ser siembra natural, se puede rodear de escopetas?

No seamos hipócritas, es el cazador, no el cazadero, quien tiene que actuar con cabeza, primero ayudándola a criar, y después cazándola ordenadamente, y eso exige en definitiva cazar una pequeña parte de la población existente, cosa que se consigue tan sólo respetando los exiguos cupos que exigen todas las comunidades autónomas. Pero mejor esto que prohibirla.

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