¡Gracias, CLUB DE CAZA!
Soy, creo, de pico de gallo, de corral, de esos que entran al trapo a la primera cerrando los ojos y arremetiendo, a veces, sin mirar al tendido y sin contar, como dicen que mandan los cánones, hasta siete (hasta diez imposible).
Quizá ?porque soy más de pueblo que las amapolas y ostento, con orgullo, el noble título de paleto?, peco de cejijunto y, en demasiadas ocasiones, no veo más allá de mis propias antojeras. Y mira que lo siento cuando, de vez en cuando, sin pensar me quito la cabezá y pagan mis exabruptos aquellos que más me quieren y me soportan. Así me parió la Gregoria, mi santa madre, que ya me tuvo que soportar en su momento… y ya tengo demasiados espolones como para pensar en pararme a cambiar, aunque debiera. Pero, a pesar de esta mi cerrazón, y de esta infame ‘declaración de principios’, tengo una cosa muy clara: defiendo, a muerte (con mi palabra y mis letras, que quede claro), lo mío y a los míos. Y vosotros, sois lo mío y de los míos. Es difícil, para alguien que no haya convivido con nosotros estos últimos días, estas últimas horas, comprender a lo que me estoy refiriendo. Pero tenía que intentarlo. Me duelen los pies hasta por encima de las rodillas –como sé que os duelen a vosotros y no os habéis quejado ni una sola vez?, pero ahora, a estas horas y después de estos tremendos días de trabajo, y cuando aún nos queda un día que va a ser más duro todavía, por ser el último y por el cansancio acumulado, era el momento de sentirlo, de pensarlo y de decirlo: ¡GRACIAS! ¡Gracias, Rafa! ¡Gracias, Emilio! ¡GRACIAS, CLUB DE CAZA! ¡Gracias a todos los que desde esta inmensa ventana habéis echado el resto para que esto que ya concluye, esta feria, tan nuestra, tan de todos, sea, haya sido, lo que es, lo que está siendo y lo que será! Gracias, no me canso a pesar del agotamiento, por ser algo mucho más importante aún, por ser la voz y el alma de una afición, de una forma de ser y de vivir… por ser, porque lo sois, la esencia de la caza. Lo demás… son artilugios y fuegos artificiales. Gracias César (¡qué pena no habernos conocido antes!), Juanpe (¡eres más grande de alma que de cuerpo, y mira que eres grande), Víctor (¡maestro de un arte!), José Ignacio (¡eres único!), Manuel (¡habrá más cañas!), Sergio (además de por ti, también por representar lo que representas tan bien)… Sé que me faltarán muchos nombres (a veces no recuerdo ni el mío), pero no os preocupéis, estáis en el corazón que es lo más importante. Y gracias, también y por supuesto, a esos miles de queridos desconocidos amigos –Poli, Pumuky, Felisita, Turon, Fuencaza, Arxina, Luis8a, Corzo82,Sigilo, Valenciano… por citar a algunos en representación de tantos? por ser lo que sois, la parte más importante de este impresionante mundo que se llama CLUB DE AMIGOS. Sin vosotros esto no sería posible. Vosotros, todos sin excepción, me hacéis sentirme orgulloso de pertenecer y sentir que formo parte de algo maravilloso… de esto, lo nuestro. Por eso, con el corazón en la mano… os lo agradezco. ¡Gracias Club de Caza… mi club de amigos! PD: Y en otro ámbito distinto a este, pero también dentro de esto, no puedo desaprovechar la ocasión para agradecer inmensamente el trabajo y el derroche de esfuerzo (sin mirar ni una sola vez el reloj) de mis queridísimos amigos y compañeros de trabajo con los que comparto, casi, mi vida, y que han sido los artífices, sin paliativos, de que esto haya sido lo que. Mi Adolfo, mi Rosa, mi Kiara, mi Jorge, mi Maika y, aunque sólo haya sido por un lapsus de tiempo (demasiado corto), mi Joaquín. ¡Sois increíbles!