Demostrado de manera científica que la munición de plomo no incide en la conservación de las aves cinegéticas terrestres

La Federación Sectorial Española de Armas y Municiones (FSA) ha presentado hoy el estudio «Incidencia y repercusión sobre las aves cinegéticas no acuáticas por aporte de perdigones de plomo al medio ambiente» en la sede de ASAJA, en Madrid. Con él, se demuestra de manera científica que no existe base que justifique la prohibición de la munición de plomo en la caza.


 Munición de plomo para la caza
Munición de plomo para la caza

 Munición de plomo para la caza
 Munición de plomo para la caza
 Munición de plomo para la caza
 Munición de plomo para la caza
 Munición de plomo para la caza
 Munición de plomo para la caza
 Munición de plomo para la caza
 Munición de plomo para la caza
 Munición de plomo para la caza

Ni a la perdiz, ni a la codorniz, ni a la torcaz, la tórtola… El plomo no afecta a las aves cinegéticas terrestres. Esto se ha dejado muy claro hoy en la presentación de este estudio.

La investigación más ambiciosa de las efectuadas hasta la fecha

Como ya informamos en Club de Caza, el estudio científico, encargado por la FSA a reconocidos investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y la Universidad Politécnica de Murcia, en colaboración con ingenieros de montes encargados del trabajo de campo, es el de mayor magnitud llevado a cabo en este ámbito.

Han participado en la financiación de la investigación, además de la FSA, la Asociación de Empresarios Españoles Fabricantes de Cartuchería de Caza y Competición (AFEC), Asecati, y la Asociación Española de Armerías (AEA).

Los resultados, insistimos, científicos, han demostrado que los perdigones de plomo tienen muy poca o nula incidencia en el medio terrestre y sobre las especies cinegéticas no acuáticas. Esto se convierte en un punto de inflexión con respecto a las presiones que viene sufriendo los sectores de la caza y el tiro ante críticas, acusaciones, informes nos contrastados e incluso la amenaza real de algunas autonomías que estaban planteando prohibir este tipo de munición para la caza.

Puesta de largo de los resultados

Hoy ha sido la puesta de largo de los resultados y metodología del estudio. A la presentación, efectuada en la sede madrileña de ASAJA, han acudido los medios de comunicación especializados y representantes de entidades del sector cinegético y del mundo rural.

Antonio José Prada, ingeniero de Montes por la Universidad Politécnica de Madrid, y Diego Romero García, doctor en Veterinaria y profesor titular del área de Toxicología del Departamento de Ciencias Socio Sanitarias de la Universidad de Murcia, han explicado cómo se ha llevado a cabo el estudio y qué conclusiones se extraen de él para combatir, con datos reales como referencia, los ataques vertidos contra la munición de plomo, en todos los casos sin base científica, como se ha demostrado. En la mesa que ha presidido esta presentación también hemos encontrado a Juan Manuel Theureau de la Peña, Ingeniero de Montes por la Universidad Politécnica de Madrid, Juan Bautista Torregrosa Soler, Doctor Ingeniero Agrónomo. Profesor Titular del Departamento de Ingeniería Rural y Agroalimentaria. Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y Antonio de José.

La frase que resume todo es la siguiente: «La munición de plomo empleada para la caza menor supone un riesgo muy bajo o irrelevante en el estado de conservación de las poblaciones estudiadas».

Presiones que han atacado al uso de munición de plomo

La presión sobre el sector cinegético era tan abrumadora, sobre todo en los últimos años, que esta investigación responde a ALGO TOTALMENTE NECESARIO, motivo por el cual la Federación Sectorial Española de Armas y Municiones ha decidido mover ficha.

• Administraciones. En Murcia, la directora general de Medio Natural, Consuelo Rosauro, había manifestado en varias ocasiones que su intención es «incluir la prohibición de la munición con plomo en la orden de vedas para el ejercicio 2020/2021». Siempre aludiendo a una caza más ética y responsable con el medio

Del mismo modo, el Gobierno de Aragón sorprendió a principios de año con la decisión de estudiar la prohibición del uso de munición de plomo para cazar. Desarrolla en la reserva de Ejulve un programa de seguimiento para analizar los efectos de la ingesta de perdigones esparcidos por el suelo o incrustados en los cadáveres de piezas abatidas. La Consejería de Desarrollo Rural se planteó vetar el empleo de perdigones y balas de plomo durante dos años en los cotos sociales y reservas que gestiona la comunidad.

• Ecologistas. Tenemos el caso recurrente de Galicia, apoyado en crear alarmismo y en la manipulación de datos de estudios, con la asociación animalista Libera y la fundación Franz Weber pidiendo de manera recurrente la prohibición del plomo utilizado como munición para la caza en Galicia. En sus comunicados, aventuran, de nuevo sin base científica, que la caza emite cada año «varias toneladas de plomo en el medio natural» y que este material contaminante «constituye un riesgo para los recursos hídricos y la fauna silvestre e incluso el ganado, que puede ingerir accidentalmente los perdigones desperdigados por los campos».

A su vez, en Jaén encontramos el caso de la medidas para proteger al quebrantahuesos de la práctica de la caza y la intoxicación por plomo, un convenio firmado por la Fundación Gypaetus y la Fundación Amigos del Águila Imperial, el Lince Ibérico y los Espacios Naturales Privados (FAAI que destacaba una lucha «contra la práctica del plumbismo y la intoxicación por plomo de la especie del Quebrantahuesos», señalando que «las principales amenazas en la actualidad del quebrantahuesos son el uso ilegal de cebos envenenados y el plumbismo, que han sido hasta ahora las principales causas de mortalidad no natural de esta especie en Andalucía». Y lo hacían, de nuevo, sin nada que lo respaldase.

• Informes. Por ejemplo, el publicado por ECHA (Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos), que concluía los análisis habían mostrado que el contenido medio de plomo en las piezas de caza –grandes y pequeñas– excedían los límites generales establecidos por la Unión Europea", y exponía las necesidades para que se adoptasen medidas al objeto de regular el uso de municiones de plomo tanto en humedales como en ambientes terrestres.

Resultados

Se ha encontrado que para las 504 muestras procesadas existen sospechas en un 1,19 % en buche y en un 1,98 % en intestinos respectivamente.

Concentración de plomo en hígado y riñón:

• 3,8 % de ejemplares sospechosos (valor límite 0,65 ppm peso fresco)

• 3,0 % de ejemplares sospechosos (valor límite 1,5 ppm peso fresco)

El valor límite de 0,65 ppm de concentración hepática de plomo a los efectos es el más garantista (que no la que mejor se pueda ajustar a la realidad de las poblaciones).

A lo anterior cabe añadir que la concentración hepática mediana de plomo en las aves cinegéticas estudiadas (n=530 / 0,064 ppm) es diez veces inferior a la concentración umbral de exposición ambiental descrita (0,65 ppm).

Comparando estos resultados con otros estudios publicados, se subraya que los obtenidos por esta investigación son significativamente inferiores a los realizados anteriormente:

Autor/es País Especie Muestras Porcentaje > 0,65 ppm
DeMent et al. 1987 EE.UU. Paloma bravía 5 80,00 %
Soler et al. 2004 España Perdiz roja 7 28,57 %
Richard et al. 2015 EE.UU. Perdiz chukar 121 9,92 %
FSA España Varias 530 4,53 %

Hipótesis para un nuevo trabajo

A pesar de haber resultado unos valores muy bajos, estos podrían haber sido aún menores por varias razones:

1. Determinar la presencia de perdigones de plomo en buche, molleja e intestino o de las concentraciones tisulares de plomo en diferentes órganos (hígado y riñón), cuando las muestras se han obtenido mediante disparo con munición de plomo, parece conllevar dudas de interpretación en los resultados.

2. Abatir las piezas sujetas a estudio con munición de plomo puede haber elevado ciertos porcentajes obtenidos por presencia de perdigones de plomo «sospechosos» de haber sido ingeridos, en buche, molleja e intestinos. En el caso de las mollejas, aun siendo un órgano mucho más fiable que el buche o intestinos, está sujeto a posibles errores como que a través del proventrículo se pueda introducir algún perdigón en el interior de la misma a causa del disparo.

3. En cuanto a las concentraciones tisulares, en algunos casos existen dudas que hacen razonadamente pensar que algunas muestras han podido ser contaminadas por el propio método de muestreo empleado en el estudio, siendo además congruente con la bibliografía científica.

4. No se debe descartar un muestreo (menos piezas y localizado) con munición libre de plomo en especies diana (sugeridas en el Informe) para determinar la posible contaminación. Siendo además de interés en el caso de aparición de algún ejemplar con valores tisulares de plomo elevados, el análisis de isótopos estables para intentar discriminar entre Pb procedente de munición y fuentes naturales o de otros tipos de contaminación.

En este sentido, la FSA está convencida de que los resultados se situarían por debajo del 1%, lo que indicaría que la munición de plomo empleada para la caza menor supone un riesgo nulo en el estado de conservación de las poblaciones estudiadas.

Muy poca o nula incidencia: esto destruye el principio de precaución

Bajo las anteriores premisas, se puede afirmar que el aporte de perdigones de plomo al medio terrestre tiene muy poca (en la mayoría de los casos nula) incidencia o repercusión sobre las aves cinegéticas no acuáticas.

A través del Estudio realizado por la Federación Sectorial Española de Armas y Municiones, el famoso Principio de Precaución, adoptado por resolución tomada por el Consejo Europeo en diciembre del 2000 en Niza, según el cual: «En caso de amenaza para el medio ambiente, y en una situación de incertidumbre científica, deben tomarse las medidas apropiadas para prevenir el daño», debe desecharse al despejarse la incertidumbre científica.

En este estudio se demuestra y expone claramente el bajo nivel de riesgo existente por el empleo de perdigón de plomo y su repercusión en las aves cinegéticas, anulando la incertidumbre científica y, por lo tanto, la inconveniencia de aplicar el Principio de Precaución.

En cualquier caso y por si aún no fuera suficiente, la apreciación política que determine el nivel de protección buscado y la necesidad de que las medidas aplicadas deban, cuando es posible la elección, representar las soluciones menos restrictivas para los intercambios comerciales, respetar el principio de proporcionalidad teniendo en cuenta riesgos a corto y a largo plazo, y por último ser reexaminadas frecuentemente de acuerdo con la evolución de los conocimientos científicos.

Así pues, una vez realizado el Informe se puede determinar con certeza el nivel máximo de riesgo (los porcentajes arrojados se han obtenido bajo premisas tremendamente garantistas), eliminando la incertidumbre y, por lo tanto, no tendría sentido alguno la aplicación de dicho principio.

Intención de seguir investigando

Pablo González, responsable y coordinador de la FSA para el proyecto del plomo, ha cerrado la presentación declarando que la Federación Sectorial Armera tiene la intención de volver a invertir en investigación para profundizar aún más en el tema y poder aportar datos lo más actualizados y exactos posibles .

Puedes descargar y consultar aquí el estudio completo.

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