Goiat sigue dando que hablar

Los ganaderos del Pirineo francés están organizando batidas para asustar y expulsar a Goiat de sus montañas e intentar que regrese al Pirineo catalán.


 Suelta de Goiat
Suelta de Goiat

El joven oso esloveno atravesó a principios de verano la frontera del Valle de Aran para asentarse en suelo francés, como ha hecho en ocasiones anteriores, lo que no ha hecho ninguna gracia a los ganaderos franceses debido al historial de ataques al ganado que tiene este ejemplar, tanto en España como en el país vecino.

Batidas controladas para asustarlo

Hace unos días una treintena de personas, algunas armadas con escopetas, petardos y utensilios metálicos,  con la única idea de asustarlo, organizaron una batida en montañas cercanas a Luchón para asustar a Goiat y obligarle a cruzar la frontera hacia el Pirineo Catalán, donde fue liberado en la primavera de 2016.

Los movimientos de las personas que han recorrido las montañas en esta batida han estado   controlados en todo momento por  los cuerpos de seguridad gendarmes de Loures-Barousse para garantizar que nadie haga daño a Goiat, en caso de ser localizado.

Según declaraciones recogidas por el diario La Dépêche du Midi, las batidas se van a repetir hasta alcanzar el objetivo ya que, por el momento, el oso continúa en tierras galas.

Convocada una manifestación

El sindicato agrario mayoritario de Cataluña, Unió de Pagesos (UP), ha convocado para el próximo 31 de agosto una manifestación el Vielha para protestar por el daño que causa, según ellos, la fauna salvaje al sector ganadero.

Desde Depana no se comparten posturas, al considerar que el sindicato agrario «está haciendo demagogia con el tema del oso, cuando ese animal no tiene ninguna culpa de los verdaderos problemas del sector ganadero, como las trabas en los mercados o la falta de relevo generacional», según recoge un comunicado de la entidad.

Un futuro incierto

Goiat fue liberado hace más de dos años en el Pallars Sobirà con la intención de renovar  la sangre en las crías de oso que habitan los Pirineos, ya que la mayoría de los plantígrados que habitan estas montañas son hijos, nietos y bisnietos de Pyros, un ejemplar también de origen esloveno liberado en 1997, del que hace casi año y medio no se sabe nada.

El joven oso está pendiente de estudios sobre su complicado comportamiento – siente especial predilección por atacar al ganado equino-. Si su conducta anómala no puede ser enmendada, el  departamento de Territorio ya ha advertido que habrá que «apartarlo del medio».

Pero, en la región francesa, la Generalitat no puede poner en práctica sus planes para «extraerlo» del Pirineo. Hacerlo conlleva en primer lugar poder capturarlo, con dardos anestésicos desde un helicóptero y, una vez dormido, cambiarle el collar GPS, cuya batería  está prácticamente agotada, para evitar perderle la pista mientras obtienen el visto bueno de las administraciones implicadas de la UE, España y Francia para su traslado. Sin embargo, el Gobierno francés no autoriza la captura de este ejemplar en sus terrenos. El departamento de Territorio ha señalado que por ahora «no hay un no definitivo, pero los franceses son reacios a intervenir y manipular animales».

Como alternativa el Gobierno ha reducido al mínimo las emisiones del collar para ahorrar batería y ha depositado todas sus esperanzas en que el animal vuelva pronto, por su propio pie, a Aran tal y como hizo en septiembre de 2017, para poder capturarlo.

La dificultad de capturarlo sin localizadores

Como distintivo para reconocer a Goiat entre el centenar de osos que viven en el Pirineo, se dispone de un collar de color amarillo del que cuelga el dispositivo GPS y dos crotales del mismo color, con emisores de radio mucho menos precisos que la señal vía satélite. Sin embargo, localizar un ejemplar en concreto puede ser una tarea extremadamente complicada si no lleva consigo aparatos que delaten su posición.

Comparte este artículo
Autor: 
  
6665 0

Publicidad