La manipulación del sector ecologista

«Lejos de ser una actividad integradora, la caza solo busca su beneficio y su propia supervivencia» destacan desde el colectivo. «El sector cinegético trata de transmitir una imagen que no se corresponde con la realidad».

¿Una treintena de afecciones negativas?

La organización ha recopilado un catálogo con una treintena de efectos negativos de la caza sobre determinadas actividades, a las que define como económicas y recreativas, como el ciclismo de montaña, el senderismo y las rutas a caballo.

«El sector cinegético no respeta los espacios protegidos y sus principios rectores, poniendo en peligro actividades de ecoturismo y astroturismo», señala el colectivo, atribuyendo al sector cinegético, también, «el cierre de caminos y vías pecuarias, mediante barreras físicas o con métodos que impiden el libre tránsito y uso de vías públicas y márgenes de ríos», señalando que no faltan las agresiones y amenazas de cazadores a personas y remarcando que incluso los Parques Nacionales se ven «seriamente afectados con el consentimiento de las administraciones».

Para Ecologistas en Acción la caza tampoco respeta actividades tradicionales del medio rural como la agricultura, la ganadería, la pesca, la apicultura o la recolección de setas.

«El sector cinegético trata de transmitir una imagen que no se corresponde con la realidad»

Atrevida afirmación cuando durante estos días varias páginas de orientación ecologista han vuelto a publicar noticias sobre la prohibición de la caza en Costa Rica y de cómo este país se ha convertido en «un ejemplo mundial al apostar por un turismo más ecológico» a modo de recordatorio —será—, pues la noticia fue actualidad hace seis años.

O, sin ir más lejos, atrevida afirmación de nuevo, hablar del poco beneficio que la caza tiene para el sector rural, cuando apenas se la nombra o se la tiene en cuenta al completo, pues la información que esta noticia recoge trata más de verter falsedades sobre el sector cinegético y transmitir preocupación por el sector rural.

Prueba de esta manipulación es también la afirmación de la muerte de varios linces en las últimas semanas por tiroteo, cuando los responsables del proyecto Life + Iberlince no se han manifestado aún sobre los resultados de las necropsias y, si lo han hecho, han aclarado que la muerte se produjo por atropello.

Vidas en riesgo

Así mismo, destacan que los daños más graves son los que ponen en riesgo la integridad física de las personas, indicando que la caza en zonas de seguridad y montes públicos ha dado lugar a accidentes, incluso mortales, a seteros, ciclistas o transeúntes, así como a una innumerable lista de molestias y conflictos. Sin ir más lejos, citan como ejemplo el fallecimiento de dos agentes rurales en Lleida, a manos de un cazador ilegal, en enero de 2017, algo que dejó perplejo a todo el sector cinegético y que además condenó.

Las comunidades de Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid y Cantabria son las más afectadas por la caza, según recoge Ecologistas en Acción, una actividad que dura todo el año y señala que en verano se convierte en especialmente peligrosa con modalidades como la caza nocturna y los recechos.

Por todas estas razones, los ecologistas piden que se deje de privilegiar a la caza, como hace por ejemplo la recién aprobada Ley 42/2007, de Patrimonio Natural y Biodiversidad, según ellos «ley que permite soltar especies invasoras» y se evalúe su impacto negativo en el resto de actividades en el medio rural, así como que haya una mayor vigilancia y se incrementen las prohibiciones y sanciones.