Poner coto a la actual «plaga» de caza furtiva de rinocerontes, elefantes y tigres

Londres acoge una cumbre internacional donde se espera que los Gobiernos participantes (Bostbuana, Chad, Tanzania y Gabón, entre ellos) se comprometan a fortalecer la legislación relativa al comercio de especies y su estricta aplicación contra el tráfico ilegal de éstas.


Intentarán, también, que disminuya la demanda de productos derivados de animales amenazados y que se apoyen iniciativas orientadas a desarrollar medios de vida sostenibles para las comunidades que comparten hábitat con esta fauna salvaje. «Estamos inmersos en una auténtica plaga de caza furtiva. Los líderes mundiales tienen una oportunidad perfecta en esta reunión para demostrar que se toman en serio el problema», manifiesta el jefe del programa de especies de WWF Reino Unido, Heather Sohl. El número de rinocerontes víctimas de furtivos en Sudáfrica ha aumentado desde 13 en 2007 hasta más de 1.000 el año pasado. Apenas 3.200 tigres sobreviven en libertad, y más de 20.000 elefantes africanos fueron abatidos ilegalmente en 2012, alerta la organización. Sudáfrica arrestó en 2013 a casi 400 furtivos. Y un millar de los rangers que se encargan de vigilar la buena conservación de los espacios y especies del país han sido asesinados durante la última década. El tráfico ilegal de marfil ha doblado su actividad a nivel mundial desde 2007: cada kilogramo alcanza el precio de 1.200 libras en el mercado negro, según el Ejecutivo británico. «El comercio fraudulento de marfil se cobra la vida de 100 elefantes cada día. El tráfico ilegal de cuernos de rinoceronte ha aumentado su caza un 5.000% en un lustro (de 2007-12). Y tres subespecies de tigre ya se han extinguido. Seis resisten, pero dos de ellas se encuentran En Peligro Crítico», subrayan desde WWF.
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