No debe olvidarse que en lugares lejanos los riesgos sanitarios con frecuencia son diferentes de aquellos a los que estamos habituados
La aparición de los síntomas tuvo lugar en el mes de septiembre en Francia, ya que los humanos afectados eran residentes en este país. Los autores aconsejan a los turistas que sean conscientes de los riesgos de consumir productos de carne
rara en regiones árticas, especialmente carne de caza como oso o morsa.
En estas zonas, la prevalencia de larvas de Trichinella spp en fauna silvestre es muy elevada (según algunos estudios, hasta el 60% en oso polar, 40% en morsa o el 30% en oso negro), y con frecuencia se trata de especies que resisten el proceso de congelación de la carne (como T. nativa). Ya en el año 2005 tuvo lugar un episodio muy similar, que afectó a un grupo de cazadores franceses y sus familias, por consumo de carne de oso negro.
Y es que es fácil querer conocer la gastronomía local, más aún si tiene ciertos tintes exóticos. Pero no debe olvidarse que en lugares lejanos los riesgos sanitarios con frecuencia son diferentes de aquellos a los que estamos habituados: puede que no sean mayores ni menores, sólo distintos, y por tanto desconocidos para el viajero, que debe anteponer la prudencia a la curiosidad.