Rosado, el rehalero del polémico vídeo: «Quería bajar por cualquier lado a ver a mis perros, no me importaba nada más»

Todo el sector se ha visto sobrecogido por la dureza de unas imágenes que nunca debieron ser grabadas en una montería en Cáceres. Nosotros hemos querido revelar la verdad y, para ello, no hay forma mejor que darle voz al principal implicado, Rosado, un rehalero de casta, propietario de las recovas que reciben su mismo nombre.


 Rehala
Rehala

Desde Club de Caza queremos transmitir cómo este rehalero ha vivido la situación y cómo le ha afectado.

Hola Rosado, gracias por atendernos. En primer lugar, desde Club de Caza queremos saber cómo se encuentra usted después del accidente. ¿Ha sufrido alguna lesión?

—Bueno dentro de lo que cabe yo estoy bien. Más que nada afectado por toda la situación en general. Pues sí, no fue poco el susto y las pérdidas, he recibido miles críticas e insultos por redes sociales, incluso de compañeros, que se han comportado casi peor que nadie. No se lo deseo a ninguno, pero habría que verles en una situación tan terrible, seguro más de uno ni se hubiese acercado al venado.

¿Ha sido muy grave la pérdida?

—Gracias a Dios, no ha sido tanto como podría haber sido. Podría haberme caído también o perder a todos mis perros, estamos hablando de un desfiladero de unos veinte o veinticinco metros de profundidad y, a pesar de lo que parece en el vídeo, todo se quedó en un gran susto.

Todos hemos visto las imágenes del vídeo, pero no sabemos cómo fue realmente la situación vivida desde su punto de vista.

—Sentí el agarre y acudí a él, desde donde yo iba monteando hasta el venado habría unos 600 metros, barrera arriba, con mal acceso debido a lo complicado del terreno, llegué asfixiado. Cuando llegué, no fui consciente ni del desfiladero, ni de la altura que había. Fue un lance muy difícil porque los canchos estaban húmedos y me resbalaba, no podía llegar a rematar bien el animal, tuve que entrar de rodillas, sin ser consciente de que estaba a medio metro de un lugar tan alto. Menos mal que no me agarré a las cuernas del venado, sino me podría haber caído también. Fui consciente de la complicada situación una vez que rematé el venado y cayó junto a los perros.

¿Qué pasó cuando tomó conciencia?

—Me asusté muchísimo. Quería bajar por cualquier lado a ver a mis perros, no me importaba nada más, ni venado, ni bajar por un sitio seguro, ni nada… sólo saber cómo estaban los perros que habían caído junto al venado, que son los que yo vi. Uno de los puestos empezó a gritarme «no te tires, no te tires que te matas».

La adrenalina del momento, de pensar que el venado había matado a todos mis perros, me hizo bajar resbalando por sitios complicadísimos, no sé ni cómo llegué. Podría haberme matado yo también por ir a socorrerlos. Cuando llegué, saqué cuatro perros de debajo del venado. En principio se levantaron todos, pero segundos después, Faroles, que era un podenco ibicenco, falleció. Otro de los que estaba debajo, un dogo argentino llamado Ligero, había resultado gravemente herido.

¿Y qué hicieron?

—Entre otro chaval, compañero, y yo sacamos a Ligero en brazos, unos doscientos metros por un acceso fatal. Imagínese lo que peleamos. Un veterinario lo atendió lo antes que se pudo, aunque eso no ha trascendido.

¿Cómo se encuentra Ligero?

—Parece que está mejor. En un principio me aconsejaron su sacrificio, pero dije que no. Que dure el tiempo que Dios quiera, si no vale para cazar al menos que se queda en casa y fallezca de viejo. Por fortuna, anoche se puso de pie y estuvo comiendo, aunque aún sigue ingresado en la clínica veterinaria.

Se trata de unas imágenes muy duras que no debían haber sido grabadas y mucho menos difundidas, no porque la caza deba esconderse sino porque estas imágenes solo sirven para dar armas a los que quieren prohibir y enterrar nuestro sector. Desde el sector animalista se han dicho barbaridades, incluso ha llegado a nuestros oídos que se han puesto sus datos personales en redes sociales para que se le linche por parte de los animalistas. ¿Qué opina de la grabación y difusión del vídeo?

—Fue un conjunto de mala suerte, el venado se fue hacia el desfiladero y los perros lo cogieron ahí, y la mala suerte de que el montero lo grabó. Me siento fatal con su actuación. Creo que no tenía por qué haberlo grabado y menos mandarlo a nadie. Si quería habérmelo enseñado a mí, con eso bastaba. Ha sido un error, no creo que lo haya hecho con mala intención, pero a mí me ha hecho polvo.

«He recibido todo tipo de insultos. Me han llamado desde criminal a asesino, pasando por insultos que mencionan a mi madre», nos dice Rosado con la voz entrecortada… Le cuesta seguir hablando.

«Hay muchas falta de respeto en esto de las redes sociales, y muchos intereses, hay cosas horribles que apenas tienen repercusión y se dedican a criticar un accidente como si fuese un crimen. Yo no he cometido ningún delito, simplemente ha sido un accidente durante la acción cinegética. He tratado a mis perros siempre lo mejor que he podido, son mi vida, están limpios, pasan sus revisiones veterinarias, comen todos los días, están más gordos que muchos de los perros de los animalistas que están criticando las imágenes».

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