Se publica un manual de prevención de riesgos y seguridad en la práctica de la caza
Sensibilizados por los últimos accidentes de caza registrados en la Comunidad Foral, el Gobierno de Navarra y la Asociación de Cazadores de Navarra (Adecana) han impulsado la edición de un manual de prevención de riesgos y seguridad en la práctica de este deporte, que en la Comunidad Foral cuenta con cerca de 30.000 adeptos.
Es imprescindible encarar el arma sólo cuando se tenga perfectamente identificado el animal objeto del disparo
Portar las armas de caza en condiciones de seguridad
Sólo una tercera parte de los accidentes cinegéticos tienen relación directa con un uso no seguro de las armas de caza, según los datos recabados por Adecana. Sin embargo, este tipo de accidentes es generalmente el que conlleva lesiones de mayor gravedad, incluso a veces el fallecimiento de algún cazador o compañero de batida. Es por ello que la Agencia Navarra de Emergencias del Gobierno de Navarra, aprovechando que en estas fechas llega a su apogeo la temporada cinegética, se subraya la importancia de observar las recomendaciones que sobre esta materia se recogen en el citado manual. Así, el manual explica que en todas las modalidades de caza, el consejo principal es el mismo una vez iniciada la jornada cinegética, ya sea al salto o desde puesto fijo, se debe mantener el arma siempre con el seguro activado y con el dedo lejos del gatillo; y quitar el seguro y acercar el dedo a la zona del gatillo sólo una vez realizado el encare de la pieza de caza que se persigue, justo antes de proceder al disparo. Una vez finalizada la acción de disparar, independientemente del número de tiros efectuado, se volverá a activar el seguro de inmediato y, sólo después, recargaremos el arma y reemprenderemos la marcha (o la recolocaremos adecuadamente en la palomera o puesto de espera). Asimismo, para evitar disparos fortuitos, es imprescindible encarar el arma sólo cuando se tenga perfectamente identificado el animal objeto del disparo, no hay que apuntar “por si acaso” animales no identificados o no cinegéticos y menos sombras, bultos o movimientos sospechosos de matas. Y para proceder al disparo, es indispensable hacerlo con visión clara sobre el punto final de la trayectoria de nuestro disparo (que en el caso de balas disparadas por rifles es muy superior al de una escopeta de perdigones), no disparando si la trayectoria no está clara o contra animales que recorten el horizonte. Tampoco se deben efectuar tiros contra el suelo o el agua (especialmente tiros a corta distancia, habituales en batidas de caza mayor), porque provocan rebotes de munición de trayectoria impredecible que pueden volverse contra el que disparó o sus compañeros de caza.