Se capturan dos ejemplares de corzo con características sexuales fuera de lo común

En el primer caso se trata de la captura de un corzo hermafrodita. Fue cazado el pasado 26 de mayo en la provincia de Lugo, por D. Pedro González Arispe. Se trataba aparentemente de un macho adulto, que presentaba un solo cuerno con tres puntas. Eran visibles signos de enfrentamientos con otros machos por heridas incisas en la zona frontal. En el momento de su muerte estaba acompañado de una hembra.


 Corza hermafrodita de Llanes
Corza hermafrodita de Llanes
 Corza hermafrodita de Llanes. Vista de los orgános sexuales externos
Corza hermafrodita de Llanes. Vista de los orgános sexuales externos
 Utero de la corza de Llanes. Observese que al final de la trompa superior en la fotografía lo que aparece es un testículo, siendo el ovario el de la trompa inferior.
Utero de la corza de Llanes. Observese que al final de la trompa superior en la fotografía lo que aparece es un testículo, siendo el ovario el de la trompa inferior.
La literatura recoge que hay poblaciones en las que la incidencia de hembras de corzo con cuernas asciende al 6% de los ejemplares
A la hora de proceder al eviscerado se comprobó que tenía un escroto pequeño con una gran asimetría entre ambos testículos. El prepucio no existía como tal. Normalmente el prepucio se sitúa en posición ventral y craneal a los pezones vestigiales. En esta ocasión no existía. En su lugar se apreció un meato urinario en el escroto en posición perineal. Al abrir el aparato urogenital se observó la asimetría de los testículos y un minúsculo útero ligado a las vesículas seminales. En un primer examen dio la impresión de la existencia de ovarios. En ese instante se recogió el aparato urogenital completo para su estudio. El segundo caso sucedía el pasado sábado, ya que se cazaba en Llanes, Asturias, una corza con cuernos por D. Fernando Márquez de la Plata y Narváez, Marqués de Camarena la Real, poniéndose los responsables del coto en contacto con nuestro presidente, para dejar a disposición de la A.C.E. el animal para su estudio. Inmediatamente se establecieron los contactos para sacar el mayor rendimiento posible al caso: IREC y SERIDA. La Consejería de Medio Ambiente de Asturias, a través de su Sección de Caza, se sumó para coordinar los aspectos de logística. La literatura recoge que hay poblaciones en las que la incidencia de hembras de corzo con cuernas asciende al 6% de los ejemplares. Así pues no es algo insólito, si bien es raro que la cuerna alcance grandes tamaños. Esto ha sido reportado por la ACE desde hace años, llegando a exhibir en la exposición sobre la cuerna del corzo en FICAAR, hace ya unos años, el trofeo de una corza con cuernos facilitada con tal fin por un socio de esta asociación. No obstante, lo sobresaliente de este caso era el tamaño de la cuerna de la corza que arrojaba una puntuación de aproximadamente 100 puntos. El caso es que finalmente se pudo realizar una análisis pormenorizado de la corza en el día de ayer. A pesar de que la prensa dijo que lo estudiarían biólogos, lo cierto es que en realidad han sido 4 veterinarios (IREC, SERIDA, Consejería de Medio Ambiente y ACE) y 1 bióloga (SERIDA). La primera impresión fue muy interesante. Tenía el equipo investigador ante sí una ejemplar cuya cuerna era notable, pero que presentaba signos externos de ser una hembra, si bien no había signos de una gestación previa ya que la ubre estaba claramente sin desarrollo, la vulva era pequeña y las formas eran masculinas. No obstante, era claro que estaban ante una hembra... o una quimera. Se tomaron medidas, peso, fotos, etc. Se procedió a realizar la necropsia, encontrando que se trataba de un ejemplar hermafrodita también como el caso lucense, ya que presentaba tanto testículos como ovarios. Se recogieron todo tipo de tejidos y muestras para realizar las comprobaciones oportunas (tumores de hipófisis, de adrenales, sanitarias, de genética molecular, etc.). La edad estimada por desgaste dentario es de 2 años. No había signos de ninguna gestación, y se apreciaron algunos pequeños folículos en uno de los ovarios. El cráneo arrojó un peso una vez eliminado el encéfalo, ojos, y parcialmente los músculos y la grasa, de 638 gr. calculando que el peso del trofeo rondará los 350-360 gr. finalmente. Posteriormente se aprovechó para realizar el reconocimiento del aparato reproductor del corzo abatido en fechas anteriores en Lugo, y que se había conservado congelado. Resultó ser otro hermafrodita, si bien en este caso la apariencia de los genitales era masculina. Si en el caso anterior los testículos estaban dentro del abdomen y ligados a la fímbria ovárica, en este caso eran externos. El prepucio no resultó ser tal, sino que era un antro vaginoide en el que un pene vestigial aparecía como un clítoris agrandado. Se advirtió un útero bicornix y unos pequeños ovarios. En uno de ellos se apreciaba tejido cicatricial compatible con un cuerpo rojo. Se tomaron fotografías y muestras para análisis histológico y genética molecular. Ahora queda confirmar por histología la naturaleza y funcionalidad del tejido de las gónadas, así como realizar el genotipado de las muestras y confirmar si estamos ante ejemplares intersexuales, hermafroditas o de que naturaleza. En el nombre de la ACE queremos mostrar nuestro agradecimiento a las personas que han intervenido en esta investigación, y han tenido la paciencia y la confianza de poner a nuestra disposición estos ejemplares.
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