La ONC convoca una concentración ante el Congreso de los Diputados

La Oficina Nacional de la Caza, la Conservación y el Desarrollo Rural (ONC) ha convocado una concentración para denunciar el «olvido político» del sector cinegético y el medio rural más desfavorecido al que representan. «Un sector que aglutina a más de 1 millón de personas y cuyos últimos requerimientos han sido contestados con silencio por parte de los distintos partidos políticos».


La convocatoria está impulsada por el presidente de la ONC, Juan Antonio Sarasketa, y en ella participarán, en esta ocasión, sólo los máximos representantes de todas las áreas y actividades que se encuadran dentro del sector cinegético. La protesta tendrá lugar el 1 de marzo, a las 14.40, a las puertas del Congreso de los Diputados. La ONC quiere denunciar que los representantes políticos —quienes representan a toda la sociedad española a través de los diputados y senadores— parecen haber olvidado el fuerte impacto de la actividad cinegética en la economía, en la conservación de los hábitats, en las zonas más pobres y en la pervivencia de los ciudadanos del mundo rural. Un ejemplo claro es la petición de reuniones que la ONC envió a las distintas formaciones antes de las pasadas elecciones generales para conocer las prioridades y propuestas de cada partido, una solicitud que en la casi totalidad de los casos ni siquiera fue respondida. La ONC tiene la sensación de que la clase política actual muestra un desapego hacia los intereses del campo, la verdadera conservación, la caza y, por encima de todo, a los millones de electores ligados directa o indirectamente a las actividades cinegéticas. Consecuentemente, mantiene la puerta abierta a todos los líderes políticos para que esa situación cambie. Entiende la ONC que el mutismo y el aparente desprecio al sector no debe ser la tónica común de la mayor parte del elenco político como ha sido en los últimos tiempos. Al contrario que en naciones como Portugal donde la totalidad del elenco político declaró hace unos meses a la montería ibérica como bien de especial protección, dinamizador del medio rural. O Alemania, donde crece el número de cazadores. Por no mencionar Italia y Francia, donde se protegen las modalidades tradicionales de caza. A los valores cotidianos del campo no se deberían anteponer los intereses personales e institucionales de unas pocas organizaciones autodenominadas ecologistas, dando sólo voz y voto a quienes aparentemente quieren cercenar los derechos de los cazadores y luchan activamente contra la caza en cualquier modalidad, desde poltronas que, por su escasa representatividad, no se han ganado.
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