Se confirman los pronósticos en Castilla y León

Castilla y León, región muy extensa y con zonas geográficas muy dispares, presenta el balance del día de la apertura general. Analizados los datos provincia a provincia, en una región de grandes extensiones territoriales, el pulso a la presente temporada está tomado y los resultados de este primer día reflejan a las claras la situación real de las especies objeto de caza.


En nota de prensa, la Federación de Castilla y León comenta lo siguiente:
Las tres especies emblemáticas de la caza menor han ofrecido caras muy diferentes por el distinto comportamiento y resistencia que ofrecen, tanto a las enfermedades que las diezman año tras año (liebre y conejo), como a la gran incidencia que tiene el laboreo moderno de unas prácticas agrícola muy agresivas (perdiz fundamentalmente); confirmando los cotos que abrieron la campaña que las previsiones pesimistas sobre la reina de la caza se están cumpliendo. En general, la perdiz muy escasa en los pocos cotos que han abierto la temporada, y capturas mínimas. La media no supera el ejemplar por cazador, si no menor. No hay una única causa que justifique el declive de esta especie, pero es cierto que el campo no ha ofrecido este año su mejor cara y los pollos se enfrentaron a un ambiente hostil desde el nacimiento. Como ocurre en regiones de tanta extensión, en Burgos y Soria se produjo la excepción positiva, con el cupo realizado en muchos acotados a media mañana; dos, incluso tres ejemplares en las perchas de los más afortunados. Importantísimo comprobar el porcentaje de adultos y jóvenes abatidos y nunca llegar a igualar en las capturas el ratio de 1/1- 1 pollo/un adulto. Si es así, o peor, es mejor dejar de cazarlas. En algunas de las zonas montañosas de la Comunidad, que ocupan la periferia de la misma, los bandos han aguantado mejor las condiciones adversas del clima, tan negativo en los llanos y con menor incidencia en montaña, y los aficionados con excelente preparación han podido colgar de sus perchas un par de ejemplares. Como decíamos al principio muchos acotados tienen pendiente su apertura, mostrándose conservadores y aplicando un buen plan de gestión gracias al conocimiento de sus censos y no abrirán hasta pasadas unas fechas, limitando el número de jornadas de caza y las piezas a cazar. En el caso de la liebre, desconcertante en algún caso, porque en algunas comarcas se esperaba una mayor abundancia. No obstante, parece que la especie lentamente recupera sus efectivos y se han visto en mayor número que en años anteriores, incluso mejor que la perdiz en muchos lugares del centro de la meseta. Esperemos que la tularemia no incida, o en menor medida, y no se confirmen casos esta temporada con la llegada del Invierno. El conejo prospera y en la mayoría de los acotados de la mitad sur de la Comunidad es la pieza más abundante, logrando mejores índices de supervivencia, gracias a la cada vez más eficaz resistencia a las enfermedades, por lo que las perchas y los lances que han deparado han sido en muchos casos los únicos que el cazador ha obtenido en la jornada de apertura. Muchos creen en la necesidad de su translocación entre acotados, al que tanto se oponen las autoridades medioambientales, para lograr atraer sobre la especie la apetencia de su caza y de los cada vez más numerosos predadores de nuestros campos. De todas formas, la especie es un enigma en sí misma, siendo abundantísima en comarcas muy localizadas, e inexistente en otras a pocos kilómetros de distancia. Por lo tanto, diferentes sensaciones, aunque en general pesimistas y sobre todo para la perdiz, por lo que ES ABSOLUTAMENTE NECESARIO que todos los sectores que influyen en la conservación y gestión de las especie (agricultores, cazadores y la autoridad medioambiental) aúnen esfuerzos (no sólo como hasta ahora sólo de los cazadores) y se imponga una agricultura sostenible con las especies de menor y si para eso es necesario ayudas, pues que la Administración Autonómica, Nacional o Europea las conceda. Venimos avisando muchos años con la perdiz y nadie parece tomar medidas. Quizás cuando se quieran adoptar ya no haya remedio. Confiemos, una vez más, en que nuestras continuas demandas sean atendidas por quién debe tomar decisiones y aplicarlas.
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