¿Dónde están las codornices?

El sábado fue para muchos cazadores el primer día de la temporada, el pistoletazo de salida a la campaña 2015-2016, pues tras estas jornadas de caza menor nos meteremos de lleno en la temporada general, abriéndose modalidades de mayor, como la berrea del ciervo en septiembre y la inminente apertura de la veda a primeros de octubre.


En estos días de mediados de agosto los nervios y las ganas de salir al campo se aúnan con la incertidumbre que cada año asalta a los cazadores, en donde la incógnita de la presencia o no de aves migratorias no se desvarará hasta la llegada al campo. Viendo la climatología adversa y tan cambiante que ha habido en los últimos meses, con el junio más caluroso de todos los registrados en España, y una primera quincena de agosto marcada por los cambios bruscos de temperatura y aguaceros, no pintaba nada bien el asentamiento y nidificación de codornices en los campos nacionales, o al menos en los más comunes, como lo son los campos cerealista castellanos. Por desgracia estos augurios se han cumplido y apenas ha habido codorniz en los páramos y rastrojos. Las perchas conseguidas en este primer fin de semana de media veda han sido más bien escasas, comparadas con las de años anteriores, y muy por debajo de los cupos máximos establecidos por algunas Administraciones. A los aficionados les espera una media veda bastante difícil, en especial a los que no dispongan de un perro astuto y experimentado. Los rastrojos no tienen codorniz y hay que buscarlas en los adiles o perdidos, con abundante maleza, o en las zonas de monte y montaña. Tras las primeras jornadas, y una vez que se asienten los canes y se muevan las polladas, la situación podría mejorar. A ello se podría añadir la bajada de la montaña de esta pequeña migratoria pues, según los entendidos, el excesivo calor de este verano ha motivado que buscaran refugio en zonas montañosas, pero con la llegada de los primeros fríos volverán a los campos de labor, teniendo así una segunda oportunidad. Desde luego con perchas que no han pasado de las 4 a 6 piezas por cazador, muy lejos de lo que se conseguía en una sóla mañana en tiempos pasados, la temporada de codorniz no se vaticina nada buena, y hay quienes ya han dado por concluida la campaña de la grácil Coturnix coturnix. Como cada año, y sin constatar una presencia excesiva de tórtolas, a la que cada año se les echa en falta, la única que puede salvar la campaña, como viene siendo habitual, será la torcaz, que en los últimos años siempre ha cumplido con su cita veraniega.
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