Nabiré, la rinoceronte olvidada

Resulta paradójico que mientras se está publicando en los medios de comunicación del mundo entero noticas erróneas y sin contrastar sobre la cacería del archiconocido león Cecil, a la vez que se lapida públicamente a su cazador, un dentista americano, nadie se haya hecho eco de una triste noticia que concierne al medio natural.


Ni siquiera los ecologistas, más preocupados de meter el dedo en el ojo a los cazadores y de aprovechar la coyuntura para poner en contra de la caza a más urbanitas maleables con semejantes noticias sensacionalistas, han tenido tiempo de hacer un breve recordatorio a otro fantástico animal desaparecido en los últimos días. Se trata de Nabiré, una hembra de rinoceronte blanco del Norte que murió a finales de julio en un zoológico de la República Checa, dejando solo cuatro ejemplares vivos de esta subespecie en todo el mundo. La hembra, de 32 años, falleció por complicaciones derivadas de un gran quiste. Se calcula que el promedio de vida de los rinocerontes blancos oscila de 40 a 50 años. Lo peor de todo es que el panorama que se cierne sobre esta especie es complicado y más que alarmante, pues de los cuatro rinocerontes blancos del norte que persisten en el mundo, sólo queda un macho, ya adulto sin posibilidad de procrear, y tres hembras. Una de estas hembras es Nola, una anciana que habita en el zoo de San Diego (Estados Unidos). El macho, también anciano, vive con dos hembras, Najin y su hija Fatu, en la reserva keniata de Ol Pejeta. Estos tres últimos ejemplares fueron transferidos a Kenia desde el zoo de Dvur Kralove en 2009, en el marco del proyecto bautizado La última oportunidad de supervivencia, con la esperanza de que pudieran reproducirse en un medio natural, pero esta situación no se ha producido, abocando a la desaparición a tan mítica especie. El rinoceronte blanco del norte (Ceratotherium simum cottoni) es una subespecie de rinoceronte blanco, originario de partes del noroeste de Uganda, sur de Chad, sur de Sudán del Sur, parte oriental de la República Centroafricana, y noreste de la República Democrática del Congo. Dicha subespecie fue muy numerosa en toda África central, pero sus cifras declinaron aceleradamente, de más de 2.000 ejemplares en 1960 a solo 15 individuos en 1984. La caza furtiva, motivada sobre todo por la demanda de cuernos como ingrediente clave en muchas medicinas tradicionales asiáticas, los conflictos armados de la zona y la la pérdida de hábitat, han sido los tres principales factores en su desaparición.
Comparte este artículo
Autor: 
  
1689 0

Publicidad