III Copa FAC de Perros de Muestra

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Kiko de Arteta, un joven setter inglés con tan sólo 2 años conducido por César Villamiel y propiedad de Ricardo Vicente, realizó un magnífico recorrido en el que demostró un estilo muy depurado resolviendo magistralmente las distintas situaciones a las que se enfrentó. Esta excelente actuación le hizo también merecedor de un C.A.C.I.T., la mención más destacada a nivel internacional que puede recibir un perro en un concurso de alto nivel. En la modalidad de razas continentales, el primer puesto fue para Vito de Font de Candeleta, un bretón español propiedad de Diego de la Torre, conducido en esta ocasión por Andrés Zamora. La correcta ejecución de los lances y la buena conducción de su guía le supuso la mención de «Excelente». Según el presidente de la Federación Andaluza de Caza, Carlos Astorga, «la gran densidad de perdices del coto de Osuna y los extensos sembrados de trigo, hacen de sus terrenos el escenario idóneo para este tipo de pruebas». La Copa FAC se desarrolló en dos jornadas de competición en las que el tiempo resultó el mejor aliado para los participantes. Una buena temperatura y un mejor viento hicieron posible que los binomios inscritos en la prueba tuvieran la oportunidad de puntuar en una alfombra de trigo con la altura perfecta para que las perdices aguantaran perfectamente todo el desarrollo del lance.

Cambio de fechas

Los últimos días de enero y los primeros de febrero son la época en la que se realizan la mayoría de las pruebas de «primavera» de perros de muestra en las disciplinas de búsqueda de caza y gran busca, puesto que en estas fechas se suelen dar las condiciones meteorológicas más adecuadas para el desarrollo de las mismas. Este año la Federación Andaluza de Caza ha optado por trasladar sus pruebas a finales de febrero. El motivo: la perdiz. Hasta finales de enero el campo estaba seco y el trigo excesivamente bajo, lo que presentaba un escenario en el que la perdiz carecía de posibilidades de contar con una buena defensa en el interior de los sembrados. Estas pruebas van encaminadas a seleccionar a los grandes perros que destaquen por su estilo, andadura, potencia, nariz y actitud frente a la caza entre otras cosas. Las evoluciones en el terreno deben ser amplias a ambos lados del conductor, progresando siempre hacia delante, manteniendo el contacto con el conductor pero nunca debe dar la impresión de dependencia. El recorrido debe ser ordenado puntuando al menos una vez en el turno. El punto, para estar bien ejecutado debe constar de una muestra típica de su raza, seguida de una guía a la orden del conductor. El perro debe permanecer inmóvil cuando se levante la caza y el conductor realice un disparo de fogueo. Mientras se realiza el punto, el compañero de pareja debe realizar el patrón, es decir, permanecer inmóvil a cierta distancia hasta que concluya la acción o su conductor lo atraílle.