En un escrito dirigido al responsable de la Federación Gallega de Caza, Manuel Martínez comunica su decisión de presentar la dimisión irrevocable de todos los cargos que, a nivel personal, ostenta en la entidad.
Entre otras cosas, en su carta de renuncia comenta la siguiente:
Hace ya un tiempo que he perdido la motivación y el interés que se necesitan para desarrollar con entusiasmo, ilusión y garantías las funciones para las que estoy en la entidad, y que se resumen en una sola frase: ‘Darlo todo por la Caza y los Cazadores’.
He de reconocerle que no estoy a gusto, ni con las formas, ni con el fondo de la filosofía federativa, por lo tanto creo imprescindible desvincularme de ella.
Mi forma de ver la institución y mis ‘ideas’ de federación no encajan para nada en el modelo actual. Filosofías tan dispares de una misma idea no pueden permanecer juntas. Modos tan opuestos de trabajar y de pensar son incompatibles, de ahí mi decisión de abandonar la estructura federativa.
En estos momentos no soy capaz de percibir aquellos valores en los creí durante años, valores que defendí con uñas y dientes, siendo leal a una idea de Federación que consideraba fundamental para la defensa de la caza y de los cazadores.
Como ya manifesté públicamente, creo que las federaciones no pueden permanecer impasibles mientras a su sombra florecen intereses particulares y económicos. Personalmente creo que nunca los intereses particulares deberían estar por encima de los intereses generales de la caza.
Ante esta situación, incómoda y desagradable para mí, nada mejor que desvincularme de la Federación y seguir mi camino, aportando puntualmente ‘granitos de arena’ siempre que sea posible y lo estime oportuno, por la caza y los cazadores, que dicho sea de paso, son el valor más importante que tiene la actividad cinegética.
Termina su texto con un agradecimiento
«a la entidad y a todos con los que ha trabajado por la caza y los cazadores en los últimos años».
