La ACCCMG rechaza la concesión de batidas al jabalí en época de cría

Desde nuestra asociación se ha expuesto ante la susodicha Dirección Xeral y de manera racional en varias ocasiones, otros métodos alternativos al problema, y exclusivamente en aquellas zonas que realmente sufren los daños, que evidentemente no son todas las que aparecen plasmadas en el último mapa de Galicia facilitado por la administración, tildando la situación por parte de esta, de “plaga de jabalíes en Galicia” en distintos medios de prensa, creando con ello una alarma social a todas luces inexistente en la realidad de la mayoría de zonas marcadas en ese mapa. No deja de ser incongruente e irracional que en la reunión del último Comité Galego de Caza se hubiese acordado entre los presentes el uso del perro atraillado durante todo el año, entre otras cosas para facilitar la dispersión de jabalíes en zonas problemáticas de daños sin afectar con ello a las propias crías del jabalí y de otras especies, que después no se plasmase en la orden de vedas anual publicada en el DOGA, y ahora si se permita la suelta de 20 ó 30 perros de manera indiscriminada, suponiendo en algunos casos un atentado en toda regla contra los períodos de cría de las distintas especies que pueblan nuestros montes. Abogamos por un estudio y análisis concienzudo de las distintas zonas en las que se reclamen daños, y no por un “café para todos” por el mero hecho de que alguien con intereses particulares, se permita echar mano de la complacencia administrativa, reclamando sin más. Es posible y seguro que hay zonas con daños reales y cuantiosos (evidentemente no todas las que se marcan como tales), y es ahí donde cazadores, agricultores y administración deben aunar esfuerzos conjuntos en aras de solucionar el problema, aunque nunca a través de la masacre de animales en plena época de cría y con efectos colaterales en otras especies. Como a buen seguro desde nuestra humildad no vamos conseguir frenar este sin sentido y atropello a la razón, queremos al menos mitigar la barbarie, llamando a la conciencia de esas cuadrillas que se han prestado y se prestan como brazos ejecutores de estas medidas, reclamando su deber de responsabilidad como cazadores que se dicen ser. Si hay daños en una zona concreta es incomprensible como algunos salen a “cordear” prácticamente toda la extensión del Tecor, ignorando por completo el porqué en “teoría” están ese día en el monte, que supuestamente debería ser para “solucionar un problema” y no para “cazar”. Más incomprensible resulta aún, ver las prisas que se dan para intentar “meter y ceibar” en cuantos más sitios mejor. La caza es un recurso renovable que para renovarse necesita gestión y sobre todo dignidad y conciencia. A los grupos ecologistas solo nos queda decirles que el movimiento se demuestra andando, y que el tiempo trae y lleva ocasiones en las que demostrar quiénes somos y las razones del porque lo somos. Una verdadera pena y lástima que estas cosas pasen desapercibidas, mostrando la verdadera cara y talante, para alguien que se enorgullece de defender la naturaleza y sus habitantes.