WWF: «Es un problema de imagen, más que de conservación de los elefantes»

El secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, en declaraciones a Europa Press, ha informado que la permanencia del Rey como presiente honorífico de esta ONG «es un problema de imagen nacional e internacional, más que de conservación de los elefantes en Botsuana».


No defendemos proactivamente la caza, pero no somos una organización anticaza
A raíz de conocerse la noticia de que el Rey había sufrido un accidente mientras participaba en un safari de elefantes en este país africano y que es presidente honorífico de WWF España, esta organización se ha visto «desbordada por las críticas», comentó. Por ahora, WWF España está a la espera de celebrar una reunión con la Casa Real para analizar la cuestión, aunque aún no hay fecha para la cita, pero, por el momento, su Junta Rectora ha adoptado la decisión, tras una reunión de urgencia el martes 17, de que sean los socios, en asamblea, los que decidan si don Juan Carlos debe seguir o no ostentando su Presidencia de Honor, de la fue, en 1968, uno de los fundadores e iniciadores, junto con Félix Rodríguez de la Fuente, entre otros. La premura de esta decisión se fundamenta en la preocupación que WWF España tiene ante «el impacto enorme que esta cuestión está teniendo en Reino Unido, Alemania, Holanda o Estados Unidos, entre otros países». Del Olmo ha resaltado que no trata de un problema de conservación —el hecho de que el Rey cace o no elefantes—, pero «la presión es tan grande que estos argumentos no se escuchan», aunque insistió en que la ONG atenderá a la sensibilidad de sus socios, pero «con el máximo respeto hacia la figura del Rey, dando los pasos con la máxima cautela y respeto hacia uno de nuestros fundadores».

Ni a favor ni en contra de la caza de elefantes en Botsuana

El Secretario General de WWF España reconoció que en muchos lugares del mundo han sido, precisamente, los cazadores quienes han iniciado las organizaciones de conservación de las especies, «pero la sociedad ha cambiado, nuestros socios también han modificado su percepción hacia la caza y, en concreto, de elefantes u otras especies emblemáticas», subrayó, reiterando que se trata de un problema de «sensibilidad social», de colisión de la caza de elefantes con el espíritu de la organización, que no está «ni a favor ni en contra de la caza de elefantes en Botsuana». «Es algo que hemos tratado de explicar desde el primer día», comentó, al tiempo que ha definido a Botsuana como un país «ejemplar» desde el punto de vista de la gestión, ya que se trata de un estado democrático que tiene la caza «muy bien organizada» y donde el caso del elefante puede calificarse «de éxito», ya que la población de la especie ha crecido desde los 20.000 ejemplares hasta superar los 100.000. Respecto a la especie, indicó que el elefante están muy amenazado en Asia por el furtivismo, pero que en África hay dos situaciones: la de la población de centro y norte de África, donde está desapareciendo a una velocidad de vértigo por el furtivismo, por el marfil o la carne para el consumo humano y la destrucción de su hábitat. Mientras, en el sur, el censo supera los 300.000 ejemplares, lo que permite una gestión de su población en parques naturales. Finalmente, ha dicho que WWF está en contra de la caza indiscriminada, furtiva y en la que no se puede realmente controlar el impacto, la que no es selectiva ni está basada en criterios científicos ni de gestión. «Hay muchos tipos de caza. Nosotros no defendemos proactivamente la caza, pero no somos una organización anticaza, en determinadas circunstancias», concluyó.
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