La FAC lamenta las declaraciones del PA sobre la montería de La Moraima

La Federación Andaluza de Caza ha hecho público esta mañana su malestar por las declaraciones vertidas por Ramón Sánchez Heredia, presidente del Comité de Enlace Provincial Andalucista de Cádiz, en un comunicado hecho público por el Partido Andalucista (PA) este miércoles en relación a la noticia publicada esta semana sobre la denuncia que el grupo ecologista Verdemar ha interpuesto en la Consejería de Medio Ambiente por lo que consideran una montería ilegal en la finca la Almoraima, en el término municipal de Castellar de la Frontera, de titularidad pública.


Es un desprecio al colectivo de cazadores andaluces y una falta de respeto a un colectivo de gran valor en Andalucía
La FAC, que hasta ahora se ha mantenido en compás de espera hasta la resolución de la denuncia y que se atenía a las explicaciones dadas tanto por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino y por la propia Consejería de Medio Ambiente, ha lamentado las desafortunadas declaraciones de Sánchez Heredia al referirse a los cazadores como escopeteros, algo que desde el organismo federativo andaluz se considera un desprecio al colectivo cinegético andaluz al emplear un término que simplifica y desvirtúa una actividad de gran arraigo en la comunidad autónoma andaluza. Además, desde la Federación Andaluza de Caza se reprocha a Sánchez Heredia que, pese a su condición de andalucista, emita unas declaraciones que se alejan por completo del conocimiento de la realidad social de Andalucía, donde la caza se constituye no sólo como el deporte con mayor número de federados de la región cumpliendo así una importante función social, sino también como un importante elemento de conservación del medio ambiente y de generación de recursos económicos directos e indirectos a través de colectivos que se especializan en el sector cinegético. En este sentido, la FAC ha recordado al andalucista que las malas prácticas en el mundo cinegético se circunscriben a una minoría de cazadores y que, en ningún caso, pueden extrapolarse al grueso de un colectivo que ejerce su labor de acuerdo a la normativa legal establecida y a las conductas responsables que exigen para el uso de armas de fuego que, por otra parte, no son más que un instrumento más en el desarrollo de la actividad cinegética.
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