Carta de despedida de José María Gómez Cortón

José María Gómez Cortón deja la Federación Galega de Caza, tras 15 años de dedicación, como consecuencia del proceso electoral que ha llevado a Javier Nogueira a la presidencia al ser la única candidatura presentada. En una carta titulada ‘Muchas gracias y buena caza’ Gómez Cortón se despide de «las muchas personas que he tenido ocasión de conocer y tratar».


El contenido de la carta es el siguiente:
Ha concluido el proceso electoral en la Federación Galega de Caza y se produce un hecho de normalidad democrática, el relevo en la presidencia de la FGC. No hay más razones en mi retirada que el cumplimiento del compromiso adquirido hace cuatro años, cuando accedí a la presidencia, de no volver a concurrir a las elecciones. Con esta decisión intento reforzar los principios democráticos en los que creo, promoviendo la incorporación de nuevas personas al gobierno federativo y tratando de favorecer en primera persona esa renovación. También porque creo honradamente, que no se debe permanecer en estas responsabilidades cuando uno ya no pueda dedicar su tiempo y sus capacidades con la intensidad requerida. Quiero manifestar con claridad mi fervoroso deseo de acierto para el nuevo equipo directivo de la Federación y su Presidente. A través de estas líneas quiero expresar mi afecto a algunas personas, de las muchas que he tenido ocasión de conocer y tratar como consecuencia de los cargos que ejercí. Más allá de la coincidencia o discrepancia, en los distintos temas y momentos, guardo un recuerdo especial de aquellas en las que pude estimar lealtad, compromiso, mesura, honestidad y nobleza entre sus cualidades. A los cazadores gallegos quiero trasmitirles mi saludo fraternal y mi gratitud, por haberme dado la oportunidad de desarrollar diferentes labores en la representación cinegética, que compartí con otras muchas personas, con las que tuve la sensación de formar un equipo con un alto grado de implicación y compromiso. Pretendimos buscar siempre lo mejor para nuestro colectivo, teniendo como referente la caza social, capaz de integrar también los nuevos valores de nuestro tiempo, y así defenderla con raciocinio y con pasión, tratando de salvaguardar lo sustantivo, pero entendiendo que nadie está en posesión de la razón absoluta, ni siquiera los cazadores. Siempre he pensado que entre las personas no se deben fomentar conflictos innecesarios ni artificiales, y así he tratado de avivar lo mucho que nos une a los cazadores y no hacer bandera de las pequeñas cosas que nos pueden separar, aún considerando legítima tal discrepancia. Así he querido escuchar a todo el mundo y ser la voz de todos, sin ser altavoz de nadie. Nunca he buscado enemigos en la vida, y tampoco en el mundo cinegético, tan solo vi como adversarios a aquellos que lo eran de los cazadores y la caza. Recuerdo en este momento la sentencia de aquel carpintero que en su lecho de muerte decía: «a todos pido perdón, y a todos perdono menos a los nudos de la madera». Hago mías sus palabras y concibo los nudos cinegéticos como aquellos que han usado la caza y las cuestiones ambientales para algún oscuro beneficio personal, o como arma arrojadiza, sin importarles los efectos directos o colaterales que tuvieran sus actuaciones en las personas o en los colectivos. Debo reconocer que he dedicado mucho tiempo y esfuerzo a esta institución, tiempo que tuve que descontar de la vida familiar, a veces de la profesional y casi siempre de las jornadas de cazador. Pero no es menos cierto, que he recibido muchas satisfacciones, en el ámbito personal, que de no haber sido por la caza no habría podido descubrir. Tengo, por tanto, una enorme deuda de gratitud con mi familia, que espero ser capaz de recompensar, siempre que cuente con su benevolencia y sean capaces de condonarme partes muy importantes de tiempos pasados que nunca podremos recuperar. Me ausento con esa sensación tan placentera del deber cumplido, y con el empeño de recuperar espacios familiares y fraternales adormecidos los últimos años, fruto de mi dedicación a la actividad federativa, y con la legítima aspiración de disfrutar mas intensamente de la caza, sobretodo con mis amigos y compañeros cinegéticos de Fonsagrada a los que tanto aprecio y con los que pude disfrutar muy poco estos años. Es posible que todavía existan otros paraísos y tal vez pueda explorar algunos, pero seré perseverante en uno que conozco bien y me apasiona, y en el espero encontraros a muchos, el paraíso cinegético.
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