Un cazador se echa encima de un jabalí de 130 kilos para salvar la vida de sus perros en un peligroso agarre
Ourense

Un cazador se echa encima de un jabalí de 130 kilos para salvar la vida de sus perros en un peligroso agarre

Un valiente perrero del norte de España se ve obligado a lanzarse sobre un jabalí de 130 kilos armado con unos impresionantes colmillos para evitar que apuñale a su recova de perros. El cazador tuvo que permanecer varios minutos encima del cochino antes de rematarlo con el cuchillo de un compañero, ya que había perdido el suyo en el fragor de la batalla.


No es la primera vez que José Fernández González ha visto peligrar su integridad física en uno de los enfrentamientos de sus canes con los impresionantes jabalíes que habitan los bosques gallegos. En febrero un jabalí atacó al cazador y sus perros. El cochino le rasgó la ropa y le produjo varias contusiones. La pericia y la agilidad del rehalero evitaron que sus afiliados colmillos lo hirieran de gravedad. Hace dos años otro jabalí se abalanzó sobre él, pero logró esquivar el golpe en el último instante. Un jabalí se abalanza contra un traillero y sus perros de rastro

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Estos son algunos de los perros de agarre del cazador gallego.

El traillerro aplaza una piara de jabalíes en su lugar de encame

La jornada de caza del domingo de una cuadrilla de cazadores de un acotado perteneciente a la comarca de Carballino, situada en la provincia de Orense, comenzó aplazando los cochinos. Esta modalidad de caza es practicada sobre todo en la zona norte de España en la que los cazadores auxiliados por perros de rastro de diferentes razas, como pueden ser sabuesos, beagles, grifones o grandes azules de Gascuña, siguen los rastros que han dejado los jabalíes en sus andanzas nocturnas hasta detectar su lugar de ocultación. Una vez ubicada la presencia de los cochinos por los perros de rastro, los cazadores soltaron varios podencos. Los canes levantaron una piara de jabalíes de su encame. José llegó a disparar contra un ejemplar de aproximadamente 70 kilos, pero erró el disparo.

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El valiente alano se recupera de sus heridas ocasionadas por el peligroso jabalí.

El jabalí planta cara a los perros en una motilla de monte

Las ladras de los podencos delataron la presencia de un jabalí en un conjunto de matorrales que no ocupa más de 30 metros cuadrados. Como los perros no se atrevían a entrar en la maleza recurrió a un alano español, de nombre León, para así obligar al cochino a huir de su ocultación. Nada más soltar al perro de presa este se abalanzó sobre el jabalí produciéndose el agarre. José acudió en ayuda de su perro. Como pudo se adentró en la tupida vegetación para acceder al lugar del combate. Al llegar al escenario de la batalla vio como León había agarrado al macareno por la jeta. A pesar de los 30 kilogramos de peso del alano el suido de 130 kilos lo zarandeaba como si de un pelele se tratara.

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El cuerpo del jabalí es mucho mayor que el del cazador. En el centro, la boca del peligroso jabalí al que se enfrentaron perros y cazador. A la derecha podemos ver el enorme cuerpo del jabalí abatido por el cazador y sus perros.

Un peligroso lance para perros y perrero

José intentó disparar en varias ocasiones al cochino, pero le era imposible hacerlo dada la distancia que le separaba del solitario con el perro de presa agarrado a él. El cazador aprovechó el instante en el que el alano no se interponía entre el jabalí y el cañón de su rifle para disparar al solitario a bocajarro. La bala quebró una de las patas delanteras del macareno. Nada más desplomarse el cochino en el suelo José se lanzó sobre el animal para rematarlo a cuchillo sin percatarse que había perdido el arma blanca en la maleza. Tuvo que esperar unos interminables minutos para acabar con la vida del navajero con el cuchillo que le proporcionó otro compañero. León en ningún momento soltó al jabalí pese a las múltiples heridas que le habían infligido las navajas del macho. Una vez abatido el cochino el can fue trasladado a un centro veterinario de urgencias donde fue atendido durante más de tres horas. El alano español está fuera de peligro y se recupera satisfactoriamente de sus lesiones.

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