Caza un jabalí de 130 kilos y 22 centímetros de colmillo en una espera bajo un nogal
Crónicas de caza

Caza un jabalí de 130 kilos y 22 centímetros de colmillo en una espera bajo un nogal

La avidez por las nueces de un viejo jabalí ha permitido a un cazador granadino abatir el cochino al que seguía la pista desde el mes de junio. Se trata de un ejemplar con unas navajas de 22 centímetros, 2,8 de grosor y unas amoladeras de 11.


Con la llegada del otoño, se acaban las penurias nutricionales para los jabalíes. Como un maná caído del cielo, bellotas, castañas o nueces pasan a formar parte de la dieta habitual de los suidos silvestres. En el caso de los cochinos domésticos, comienza la montanera, periodo del año que abarca de septiembre a febrero en el que se alimentan en libertad, sobre todo en las dehesas. 

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Rafael López, orgulloso cazador, junto al jabalí que tantas horas en el monte le ha costado abatir. A la derecha, preciosa tablilla con el trofeo del gran jabalí.

Necesita de más de 30 esperas para cazar el jabalí

El granadino Rafael López, vecino de Cúllar, localidad perteneciente a la provincia de Granada, logró la noche del martes cazar al jabalí al que seguía la pista desde junio. Desde aquella fecha cuando vio por primera vez las huellas del cochino ha intentado abatirlo al menos dos veces por semana, sumando más de 30 aguardos a lo largo del verano. Durante este período, solo logró verlo una noche a más de un kilómetro gracias a un monocular térmico.

El fin de semana pasado Rafael en un paseo por el acotado en el que caza habitualmente, vio las pisadas del macho bajo un nogal y varias cáscaras de nueces en el suelo. Ambas cosas evidenciaban la presencia del macareno en la zona. El martes por la tarde, el cazador esperó al solitario en una vereda próxima al nogal.

El jabalí recorrió más de medio kilómetro antes de derrumbarse

Rafael no se equivocó en su proceder, a las 9:15 horas oyó al jabalí entre la espesura. Quince minutos más tarde, apareció por la senda a 80 metros de la postura del cazador. Nada más verlo, el esperista se encaró su rifle Browning MK3 del calibre .30-06. El hecho de que Rafael se precipitara a la hora de apretar el gatillo le hizo pensar que había errado el disparo.

Al examinar el lugar del lance, se percató de que estaba equivocado, ya que en el suelo descubrió unas gotas de sangre. Esperó unos minutos para iniciar el rastreo de la pieza, en el momento de buscar un jabalí herido cualquier precaución es poca. El cazador necesitó más de 20 minutos para llegar al sitio en el que yacía sin vida el cochino, había recorrido medio kilómetro antes de derrumbarse.

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130 kilos dio este gran jabalí en la romana.

Aunque parezca sorprendente, no es el animal de mayor longitud de colmillo cazado por Rafael a lo largo de su trayectoria cinegética. En el año 2014 abatió un soberbio ejemplar de 26 centímetros de navaja.

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