Caza un jabalí de 150 kilogramos con un trofeo de ensueño en un coto social de Aragón
Un cazador extremeño jamás se podía imaginar la mañana del domingo cuando salió al campo que iba a abatir en una batida entre amigos un ejemplar con unas navajas de semejantes dimensiones. Los colmillos del jabalí tienen un grosor de 2,8 centímetros mientras que las amoladeras miden 12 centímetros y presentan un diámetro de 2,6.
Dado el tamaño del cochino fueron necesarios siete cazadores para trasladar el animal abatido hasta el lugar en el que se encontraban los vehículos.
La caza del jabalí entre amigos
El afortunado cazador que ha abatido este excepcional ejemplar es David Palmero, extremeño de nacimiento y afincado hace ya más de dos décadas en Aragón. El macareno ha sido cazado en una batida celebrada la mañana del domingo en el coto social de la localidad del Gotor, situada en la provincia de Zaragoza. La sociedad de cazadores que gestiona los terrenos en los que se ha cazado el macho cuenta con 25 miembros de los 300 habitantes censados en el municipio.
Siete cazadores hicieron falta para arrastrar el jabalí de 150 kilogramos hasta los vehículos.
"El jabalí armado con unas impresionantes colmillos puso en serios apuros a los podencos de la sociedad de cazadores"
A David le tocó en suerte un puesto en un cierre. La postura estaba ubicada en un estrecho cortadero próximo a un extenso zarzal. Nada más soltar los perros de las rehalas de José "el estanquero" y Miguel "el Loquillo" el cazador abatió un jabalí macho de 60 kilos.
Hasta las 11:00 horas el montero no oyó ninguna ladra en las cercanías de su puesto. A esa hora los podencos de la sociedad de cazadores levantaron un cochino de grandes dimensiones a 200 metros de la posición de David. Los gritos de los perreros pusieron en alerta al cazador ya que estos le advirtieron del tamaño del ejemplar. Transcurrieron más de tres minutos para que el macareno recorriera la distancia que separaba su lugar de encame del cortadero.
Los dos jabalíes cazados por el montero en la batida. A la derecha, podencos de los rehaleros José "el estanquero" y Miguel "el loquillo".
El navajero plantaba cara a los perros y se negaba a abandonar su ocultación. El gran trabajo de los podencos y los gritos de los perreros permitieron que finalmente el espectacular jabalí se pusiera a tiro del rifle de cerrojo del calibre 270 del montero.
"El primer disparo del cazador impactó en el corazón del jabalí"
La primera bala que salió del cañón del arma de David se detuvo en el codillo del cochino. A pesar de estar herido mortalmente el macareno no disminuyó la velocidad. El segundo disparo del cazador también cumplió su objetivo impactando en el cuerpo del macho. Al encajar el solitario el balazo se derrumbó sin vida en el interior de un zarzal.
A pesar de su avanzada edad los colmillos y las amoladeras del suido están en perfecto estado. La longitud y la curvatura de sus amoladeras era tal que una de ellas se encontraba clavada en la cabeza del ejemplar. El cazador desea mostrar su agradecimiento a todos los participantes en la batida ya que sin su colaboración no hubiese sido posible el abate de este formidable jabalí y su posterior traslado a los vehículos.
Javier Fernández
