Cuando es necesario ayudar a los perros a desencamar al jabalí
Cuando un jabalí se hace fuerte en el interior de una mata, resulta muy complicado desalojarlo. Los perros más valientes entrarán en la vegetación tras el cochino, iniciándose un peligroso enfrentamiento.
Un buen perrero llegará raudo al lugar donde su jauría ha conseguido localizar al jabalí. Tras un duro trabajo de rastreo, la nariz de los canes les llevará allí donde los solitarios y las piaras se han ocultado para descansar, generalmente en las horas de luz.
Los suidos se hacen fuertes al amparo del monte, allí donde se mueven más rápido y de manera más ágil que cualquier otro animal, simplemente porque han nacido y crecido en ese intrincado laberinto de ramas, troncos, hojas y pinchos. Porque las zarzas, silvas o silveiras son los escondrijos predilectos de estos animales, como vemos en las siguientes imágenes, donde el cazador debe usar incluso su brazo y su mano desnuda para intentar apartar la densa amalgama de brozas y afiladas púas.
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Cuando lo hace, el jabalí desiste en su resistencia a salir a campo abierto, y pasa justo al lado del perrero, que grita cuando esto sucede y, acto seguido, hace sonar la corneta para avisar a los perros, que no tardan en reaccionar y correr de nuevo tras él.
Cuando los perros bastan para desencamar jabalíes
En entornos don de la vegetación no es tan densa y no ofrece lugares tan favorables para resistir y enfrentarse a los perros, los jabalíes no tienen más opción que huir a toda prisa para intentar dejar atrás a los rastreadores. Es lo que sucede en el siguiente vídeo.
Pulsa en la foto para verlo:
