Caza el jabalí ‘más buscado’ por todos los cazadores de la comarca
Málaga

Caza el jabalí ‘más buscado’ por todos los cazadores de la comarca

Los cazadores de la comarca del Valle del Guadalhorce sabían de la existencia de un jabalí macho con un importante trofeo desde hacía medio año. El sábado, uno de nuestros colaboradores habituales logró hacerse con su trofeo de la manera más inesperada. Te contamos cómo lo consiguió.


No es el primer jabalí medallable que el esperista caza este verano. En junio abatió a la espera en una siembra de garbanzos un ejemplar de 130 kilos y 20 centímetros de colmillo. Las navajas de este ejemplar han dejado una marca en el cuerpo del cazador que difícilmente podrá olvidar. El macareno rasgó 18 centímetros la pierna del cazador cuando se aproximó al cochino pensando que ya estaba muerto. Leonardo necesitó ser atendido en un centro hospitalario para suturar con tres puntos la herida. Horas más tarde, volvió al sembrado en el que le hirió el jabalí y lo encontró sin vida a 25 metros del lugar del ataque.

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El cazador junto al jabalí tras abatirlo. A la derecha, las defensas que lucía el jabalí.

Una espera a jabalí con un inesperado desenlace

El sábado por la tarde Leonardo Jesús Portillo acompañado por José "el lápiz" y Miguel Rabaneda se dirigieron a un acotado, del que es socio el primero, en Álora, localidad malagueña ubicada en el centro de la provincia, dentro de la comarca del Valle del Guadalhorce. Su intención era abatir un cochino de mediano porte para degustarlo en una comida familiar.

Antes del anochecer ya estaban los cazadores ubicados en el lugar elegido, un arroyo plagado de encinas. A las 4:00 horas aún no habían cumplido la tarea que se habían encomendada. Desesperados por la ausencia de los cochinos fijaron en las 4:30 horas el momento de enfundar el arma y volver a casa.

Caza un jabalí medallable en el transcurso de una espera

Minutos antes de la hora marcada Leonardo vio con el monocular térmico un jabalí alimentándose de las primeras bellotas de la temporada caídas en el suelo. La distancia a la que estaba el suido, a más de 300 metros, no permitía a Leonardo asegurar el disparo por lo que decidió intentar abatir al jabalí aproximándose a él lo máximo posible.

Las condiciones del viento favorecían el acercamiento y los cazadores lograron situarse a 60 metros del cochino sin que este detectara su presencia. A esa distancia el esperista se percató que dado su tamaño y el brillo de sus navajas a la luz de la luna se trataba del "más buscado". El cazador apuntó concienzudamente a la paletilla del solitario.

La bala que salió del cañón de su rifle Browning del calibre .300 Winchester Magnum cumplió su función y derribó al macareno a 15 metros del lugar del lance. Tras el accidente sufrido por el cazador en junio, decidió ir a recuperar la pieza el domingo por la mañana.

El ejemplar pesó 85 kilos. Sus colmillos miden 19,5 centímetros y tienen un grosor de 2,5. La tablilla para la boca del jabalí ha sido realizada por el propio cazador.

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