Dos lobos intentan cazar una liebre en plena ciudad y delante de una mujer
Primero aparece la liebre haciendo gala de su velocidad. Acto seguido, el primer lobo pasa por delante de la mujer que graba la escena. Un segundo lobo cruza más lejos, pero también se lleva la bronca de esta valiente persona.
Dos liebres viven en un entorno urbano de la ciudad lituana de Utenos. Allí, los trabajadores de una empresa están acostumbrados a verlas por las zonas verdes. Hay quienes las consideran las mascotas de la empresa.
Pero hace unos días, una de estas trabajadoras se jugó el físico al intentar salvar a las liebres del ataque de dos grandes depredadores que las perseguían.
Dos lobos tras las liebres
Cuando este tipo de animales se acercan a las ciudades, suelen traer consigo a los depredadores que las suelen intentar dar caza en los montes. El hambre hace que el miedo y el respeto a la civilización pasen a un segundo plano. Y es precisamente lo que ha ocurrido en esta urbe del norte de Europa. Dos lobos siguieron los rastros de las liebres por las inmediaciones de la ciudad y acabaron protagonizando una intensa persecución sobre el asfalto.
Una mujer sin miedo al lobo
Tras ser preguntada si los lobos no le daban miedo, la mujer respondió negativamente, asegurando que algo le decía que los depredadores no la atacarían. Aun así, muchos la tachan de temeraria, al ponerse delante de dos animales que la podían haber hecho mucho daño al estar sola, de noche y lejos de otras personas.
Porque uno de los lobos pasa a escasa distancia de la mujer mientras graba la persecución. Incluso llega a mirarla antes de continuar su carrera tras la liebre. El otro lobo entra en escena segundos más tarde un poco más lejos, probando que no se trataba de una incursión de un solo animal. La mujer, llamada Renata, ha asegurado que había más lobos cerca, pero que probablemente estaban dejando a estos ejemplares más jóvenes practicar sus tácticas de caza mientras observaban desde la oscuridad.
Las liebres escaparon
Los esfuerzos de Renata lograron evitar que aquella noche de mediados de agosto los lobos no consiguieran dar caza a las valientes liebres, a las que han vuelto a ver por la zona en los días posteriores al ataque.
CdC
