Un oso pardo ataca a un hombre que paseaba a su perro y repele el ataque con una pistola táser
Rumanía

Un oso pardo ataca a un hombre que paseaba a su perro y repele el ataque con una pistola táser

Una osa acompañada de dos crías siembra el pánico en un supermercado. Al abandonar el establecimiento encuentra en su camino a una persona paseando un perro. La reacción del úrsido es abalanzarse sobre el cánido y su propietario, que logra evitar el ataque defendiéndose con un arma paralizante.


La sobrepoblación de osos en Rumanía, debido a la prohibición de la caza de la especie desde el año 2016, provocó la muerte ocho personas en 2019.Según Ovidiu Ionescu, profesor de gestión de caza de la Universidad de Transilvania, "la población de osos en la zona de los Cárpatos rumanos ha crecido a un ritmo desenfrenado. El número de plantígrados supera ya los 8.000 ejemplares, más del doble del número idóneo".

"La situación es muy grave, está en juego la vida de las personas"

Asegura el presidente del consejo provincial de la región de los Cárpatos, Borboly Csaba, a un medio local. El abandono de los osos de su hábitat natural para buscar comida en los núcleos urbanos provoca a diario en Rumanía peligrosos sucesos como este. El cazador de la comuna rumana de Mogoșoaia, Lautentiu Badescu, ha publicado en su perfil personal de Facebook la peligrosa situación que provocó la presencia de una osa con esbardos en un supermercado de la cadena Penny situado en Bușteni, ciudad de Rumanía ubicada en el distrito de Prahova. Los empleados del establecimiento evitan que el depredador entre en el supermercado.

El oso ataca a un hombre y a su perro

La hembra en su huida se encuentra en el aparcamiento con una persona que paseaba tranquilamente a su perro atado con una cuerda. La reacción del depredador nada más ver al cánido y a su dueño es atacarles al considerarlos una potencial amenaza.

La persona víctima del ataque, habituado a la presencia de osos en la zona, porta una pistola paralizante. La valentía del propietario del perro y el hecho de que el depredador no se atreva a aproximarse al cánido y al hombre al oír el sonido que emiten las descargas del arma paralizante evitan que el oso cause daños físicos a ambos.

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