Un macho de perdiz roja canta entre las manos de una joven reclamista
Un perdigón nacido a finales de mayo nos dedica su canto mientras recibe los mimos de su propietaria. Su nombre es Plomo, fue criado a mano durante tres semanas por la cazadora almeriense al ser abandonado por su madre al igual que el resto de sus hermanos de nidada.
La perdiz roja ha desarrollado una especial devoción por la reclamista y una perra mestiza de nombre Diana, de la que se ha convertido en su inseparable compañero. El ave acompaña a la cazadora a todas partes, incluso a la playa, de ahí el grado de confianza y complicidad entre la almeriense y el pollo de patirroja.
Andrea es una gran aficionada a la caza del conejo con podencos.
La perdiz sigue a todas partes a la cazadora
Plomo es un pollo de perdiz roja nacido en cautividad hace dos meses y medio. De sus hermanos de nidada, es el único que sobrevivió, de ahí que su propietaria, Andrea Navarro, una cazadora de 23 años aficionada a la caza al salto con podencos y a la caza de la perdiz roja con reclamo, decidiera criarlo a mano para salvarle la vida.
La caza de la perdiz con reclamo es la otra gran pasión de Andrea. A la derecha, la joven cazadora y una de sus pasiones, salir al monte tras el conejo y con sus perros.
Este hecho ha creado un vínculo entre el perdigón y la reclamista que le hace seguir los pasos de Andrea durante todo el día. Plomo permanece en libertad las horas de luz y duerme en su jaula por la noche.
La cazadora disfuta de sus perros y los cuida como miembros de su familia. A la derecha, su perra Diana junto a Plomo, el perdigón inseparable de Andrea.
Este año, la cuquillera dada la nobleza y la valentía del pájaro, no se amilana ante los perros de la cazadora ni ante cualquier extraño que se aproxime a ella en su presencia, lo cazará en el puesto durante la temporada de caza de perdiz con reclamo. En el caso que no sea un pájaro apto para la caza, no será problema alguno, ya que Plomo permanecerá al lado de la almeriense hasta el fin de sus días.
La mujer forma parte de ‘su territorio’, de ahí su celo en estas fechas
Plomo muestra un celo en pleno mes de agosto que no corresponde a esta época del año. Esto es debido a que considera a la cazadora parte de su territorio. El perdigón llega a picotear los labios de su propietaria mientras permanece entre sus manos y canta cada vez que esta le habla.
Javier Fernández
