El celo del corzo en un precioso vídeo grabado por un cazador en Burgos
Burgos

El celo del corzo en un precioso vídeo grabado por un cazador en Burgos

Solamente aquel que vive la naturaleza a pie de campo tiene la fortuna de contemplar imágenes como estas. Un joven corzo encelado corteja a dos corzas a escasa distancia del cañón del rifle del cazador.


El recechista se limita a inmortalizar las carreras del macho tras las hembras y a disfrutar del momento. El animal no es abatido al tratarse de un corzo que no ha llegado a su plenitud.

La caza es una actividad selectiva que permite en todo momento seleccionar al cazador el ejemplar a abatir.

La caza del corzo en verano

El cazador andaluz Manuel Jiménez recorrió el miércoles los 600 kilómetros que separan su localidad natal de un acotado que tiene arrendado junto a un grupo de amigos en el norte de Burgos. La fortuna le premió con un bonito trofeo de corzo de seis puntas el jueves por la tarde. El jueves por la mañana detectó la presencia del ejemplar en un rastrojo pero no pudo aproximarse a él. Dada la territorialidad de la especie el cazador decidió aguardarlo por la tarde en la parcela de cultivo en la que lo había visto al amanecer. Bien entrada la tarde aparecieron frente al corcero dos hembras. Las corzas iban acompañadas de un macho pero este no salió al claro y permaneció semioculto en una mancha de robles. Manuel utilizó un reclamo bucal para atraer a las hembras. Estas, nada más oír el sonido, se dirigieron al lugar que ocupaba el cordobés. El macho, al ver como se alejaban las corzas, abandonó el monte para ir tras ellas. Una vez valorado el ejemplar el cazador abatió al ungulado de un certero disparo de su rifle de la marca Blaser modelo r93 del calibre 300 Winchester Magnum.

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El celo de los corzos

La experiencia vivida por el corcero durante su estancia en Burgos no se limitó a cazar este bonito macho. El viernes por la tarde tuvo el privilegio de presenciar el ritual de cortejo de la especie. El celo del corzo se produce en pleno verano, principalmente en el mes de julio a finales junto a los inicios de agosto. Mientras se encontraba apostado en un parcela de cereal recolectada pudo contemplar a un joven corzo cortejando a dos corzas. El corcero se limitó a grabar el momento con su dispositivo móvil para compartirlo con los cazadores y los apasionados de la naturaleza. El macho ciego por el celo no se percata en ningún momento de la presencia de Manuel. Corre alocadamente por el rastrojo tras las hembras. Estas no le prestan una excesiva atención ya que según el cazador andaluz este año se ha retrasado el celo en la especie.

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