La fauna cinegética cambia sus costumbres con las altas temperaturas
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La fauna cinegética cambia sus costumbres con las altas temperaturas

Con la llegada del verano la fauna silvestre limita sus movimientos a las horas matutinas y vespertinas. Ciervos, corzos, montesas y jabalíes abandonan sus lugares de encame para saciar su sed y buscar alimento al caer la tarde. Te mostramos las imágenes de la vida de los ungulados durante el estío.


Según AEMET, la segunda ola de calor del verano en España ha terminado. A partir de esta semana volverán los valores propios de la época del año.

Las altas temperaturas han dejado a su paso más de mil muertes, atribuidas al fenómeno meteorológico, entre el 10 el 19 de julio, según el Instituto de Salud Carlos III. A su vez, la DANA ha favorecido la declaración y la propagación de los incendios forestales que han arrasado más de 73.000 hectáreas en España.

Las altas temperaturas podrían mantenerse durante muchos meses en España

A pesar de las altas temperaturas que estamos padeciendo en la geografía española nuestro colaborador habitual Pedro Arroyo continúa inmortalizando a la fauna silvestre que habita en la península ibérica. En sus últimas salidas al campo cámara en mano ha logrado grabar corzos, ciervos, machos monteses y jabalíes entre otras especies. En esta época del año la dificultad de fotografiar la fauna aumenta notablemente debido a que los animales abandonan solamente el abrigo del monte durante la noche, al atardecer y al amanecer.

Ciervos, corzos, jabalíes y cabras montesas

Para Pedro como podemos ver en los diferentes vídeos que ha grabado en julio este hecho no ha sido impedimento para que continúe compartiendo con todos los apasionados de la caza y la naturaleza en su canal de Youtube, perfil de Facebook y cuenta de Instagram la vida de la fauna ibérica durante el verano.

Un precioso corzo alimentándose de las hojas de un arbusto

Un corzo macho con un notable trofeo fue grabado hace una semana en el término municipal de El Espinar, municipio de la provincia de Segovia, mientras se nutría de las hojas de un matorral. El corzo se alimenta sobre todo de hojas, brotes tiernos y frutos. Puede llegar a comer hasta tres y cuatro kilos de materia verde en un mismo día.

Ciervos pastan en un rastrojo de cereal alpacado

Un grupo de ciervas y ciervos buscan alimento en una parcela de cereal situada en una finca del término de Vegas de Matute, localidad española de la provincia de Segovia. Dos machos de mayor porte permanecen semiocultos entre los árboles a la espera que anochezca para aventurarse a la zona descubierta mientras que hembras y un macho de menor tamaño que sus congéneres pastan en el rastrojo. Las imágenes han sido grabadas en el mismo acotado segoviano donde pudimos contemplar hace dos semanas una multitud de ungulados en un rastrojo al atardecer.

Así consiguen comida los jabalíes en verano

Los cochinos en esta época del año encuentran numerosas dificultades para alimentarse dada la sequedad del terreno. Gracias a su poderoso hocico desentierran bulbos, insectos y raíces en la tierra. En esta época del año dada la escasez de nutrientes los jabalíes se ven obligadas a visitar las zonas de cultivos para poder subsistir, de ahí la importancia de la actividad cinegética para controlar sus poblaciones y minimizar los daños en los sembrados.

El potente teleobjetivo de la cámara de Pedro ha grabado a dos ejemplares de esta especie hozando con las últimas luces del día en Ortigosa del Monte, localidad española de la provincia de Segovia.

Cabras montesas en el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno

La pasión por la naturaleza es tal por parte del naturalista segoviano que ha destinado sus vacaciones de julio a intentar fotografiar las monteses en los términos municipales de Albarracín, Bezas y Gea de Albarracín, localidades que abarcan un extenso pinar de pino de rodeno o resinero que se asienta sobre areniscas de color vino.

En la extensión del paisaje protegido podemos encontrar bellas manifestaciones de arte rupestre levantino que forman parte del Patrimonio Natural de la UNESCO y que justificaron su inclusión en el Parque Cultural de la Sierra de Albarracín.

A tenor de las imágenes, Pedro logró su objetivo e inmortalizó a tres jóvenes machos en las rocas. El aficionado a la fotografía tuvo la fortuna de observar a dos de los ejemplares entrechocando sus cuernas a pesar de no encontrarse en época de celo.

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