En pantalla, la persecución de un pequeño jack russell terrier tras una liebre veterana que va ganando distancia. En un camino entre el monte, el perro corre con pasión y empeño tras su presa en una carrera muy dispar. No te pierdas las imágenes.
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Velocidad del jack russell y la liebre
Aunque es evidente que el perro que más frente puede hacer a una liebre en carrera es el galgo, alcanzando hasta los 63 kilómetros por hora, el jack russell, muy lejos de esos registros, le pone mucho empeño . Pero sus cortas patas, que le llevan a alcanzar una altura de hasta 30 centímetros a la cruz, no están diseñadas para largas y veloces carreras.
En sus orígenes, estos perros, desarrollados por el Reverendo John Russell a principios del siglo XIX, acompañaban a los perros rastreadores durante las jornadas de caza mayor y de alimañas. Para ello, necesitaba perros rápidos capaces de seguirles el ritmo a los foxhounds, pero añadiendo un valioso añadido: cuando las presas se ocultasen en sus madrigueras, los jack russell terriers podrían entrar allí para intentar darles caza y desalojarlas gracias a su reducido tamaño.
Frente a él, la liebre, como un animal de velocísimas carreras que puede llegar a alcanzar los 72 kilómetros por hora superando a las dos razas mencionadas anteriormente.
No te lo pierdas
Las carreras de las liebres tratando de huir de los canes que las persiguen, dejan estampas inéditas con increíbles quiebros y velocidades como las de estas imágenes:
La asombrosa carrera de una liebre por las calles de un pueblo para escapar de los galgos
Primero, por tierras de labor. Después por un camino y tras esto la liebre corre por las calles de un pueblo. No te pierdas el vídeo de la liebre que corre por cualquier sitio para dejar atrás a sus perseguidores.
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La estrategia de una liebre para no dejar rastro a sus perseguidores
Vuelve sobre sus pasos y realiza un gran salto para que su rastro finalice. Este es el ingenioso recurso al que acuden las liebres contra sus perseguidores.
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No creerás cómo se esconde esta liebre de los perros que la rastrean
La liebre se tiende en el suelo. Mantiene las orejas erguidas para escuchar lo que sucede a su alrededor. De repente, se vuelve, se arrastra por el suelo y queda totalmente inmóvil.
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