Un cazador necesita cuatro disparos para abatir este impresionante jabalí
Un joven cazador abate un jabalí con unas formidables navajas en una montería social celebrada en la provincia de Soria. Se trata de uno de los ejemplares de mayor trofeo cazado por la Sociedad de Cazadores de San Felices a lo largo de su historia.
El viejo ejemplar encajó tres disparos sin inmutarse hasta que fue derribado a menos de 60 metros cuando se dirigía al lugar que ocupaba el montero. Al jabalinero navarro aún le tiembla la voz al narrarnos el lance. Según sus palabras, “un sueño cumplido”.
Un gran jabalí abatido en abierto
Borja Cámara es un joven cazador navarro nacido en Marcilla, municipio situado en la merindad de Olite. El montero participó este domingo acompañado en el puesto por su hermano Héctor, ya que en esta ocasión no pudo estar junto a él su padre, Agustín Cambra, al encontrarse cazando en otra batida, en una cacería organizada en el municipio soriano de San Felices, pueblo encuadrado en la Comarca del Moncayo. La montería estaba organizada por la Sociedad de Cazadores de San Felices compuesta por 22 integrantes y presidida por Iban Guerrero.
El lance montero
El afortunado cazador que se hizo con este excepcional animal estaba situado en un puesto de cierre con un amplio tiradero. A pesar de que en las primeras horas de la cacería no le sonrió la suerte, el puesto contiguo había disparado en varias ocasiones mientras Borja aún no había visto ninguna res. Esto cambió cuando vio dirigirse hacia su puesto entre las jaras un gran jabalí.
Pese a que estaba a más de 200 metros podía apreciar perfectamente su tamaño, pesaba más de 100 kilos, y pudo ver las impresionantes navajas que sobresalían de su boca. Borja templó los nervios y lo dejó cumplir. A 150 metros efectuó el primer disparo pero el jabalí no se inmutó. Apretó en dos ocasiones más el gatillo de su rifle de cerrojo de la marca Blaser modelo R93 pero al igual que en la primera detonación el macareno continuó su camino sin hacer ademán de estar herido.
Borja junto a su padre.
Un jabalí ‘antibalas’
Borja, mientras contemplaba alejarse al solitario, se reprochaba así mismo cómo podía haber errado los tres disparos. Después de recorrer unas decenas de metros el macho cambió de dirección para dirigirse directamente al lugar que ocupaba Borja. Cuando lo tuvo a menos de 100 metros pudo apreciar cómo tenía su piel manchada de sangre, más tarde comprobó que había acertado los tres disparos. Esperó a que detuviera su marcha unos instantes para derribarlo a unos 60 metros de un balazo en el pecho del solitario.
La munición utilizada por el montero era de la marca Norma Plastic Point de 180 grains. Se trata del mayor jabalí que el cazador ha abatido en su vida. Lo único que apena al navarro es no haberse visto acompañado en ese momento por su padre.
Tampoco puede olvidar nombrar en este artículo a los “trillizos”, a Pablo y Abel González Mayor, todos ellos sus compañeros de cuadrilla.
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