Andalucía

Pistea un gran jabalí herido durante tres kilómetros gracias a su visor térmico

Un esperista recupera un jabalí de notable trofeo gracias a la utilización de un monocular térmico. El dispositivo, que no estaba instalado en el arma, cumpliendo la legislación vigente en Andalucía, sirvió al cazador para localizar el jabalí a más de tres kilómetros del lugar del disparo.


  recupera gran jabalí por visor térmico
recupera gran jabalí por visor térmico

El jabalí fue abatido durante una espera para paliar los daños ocasionados por los cochinos en los sembrados. Junto a este ejemplar el esperista disparó a otro cochino, que ha sido pisteado y recuperado esta misma mañana. Una vez más, los cazadores están al servicio de la sociedad cuando más se les necesita.

Control de daños a la agricultura

El jabalinero granadino José Antonio Rodríguez, colaborar habitual de Club de Caza, realizó anoche una espera por control de daños a la agricultura en una finca en la que los cochinos estaban produciendo cuantiosos daños en los cultivos. En el transcurso del aguardo visitaron el sembrado varios jabalíes. Entre ellos varias piaras de hembras con crías a las que el cazador, con buen criterio, no disparó pese a tratarse de una cacería por control de daños.


José Antonio Rodríguez junto al jabalí tras tres kilómetros de pisteo.

Abate dos jabalíes a más de 300 metros

Disparó a dos cochinos con su rifle de la marca HK en calibre 9,3x62. Ambos ejemplares pusieron en grandes dificultades al esperista ya que los disparos se realizaron a más de 300 metros. El primer cochino, en cuanto acusó el impacto de la bala, comenzó una frenética huida. Ha sido pisteado esta mañana.

El segundo ejemplar, un gran macho que entró encelado en busca de las hembras, tras ser herido, recorrió una distancia superior a tres kilómetros antes de detenerse en un sembrado.


Este es el trofeo que presenta uno de los jabalíes abatidos en el control de daños a la agricultura.

Pisteo con monocular térmico

El hecho de que el cazador estuviera situado en un montículo y la utilización de un monocular térmico para seguir el recorrido del jabalí herido, permitieron su rápida localización. El macareno cuando vio aproximarse al cazador por el cultivo se reincorporó con la intención de embestirle, pero el esperista reaccionó con presteza y lo remató de un certero disparo.

Sus afiladas navajas pasarán a formar parte de la vitrina de trofeos del cazador junto a las más de treinta bocas medallables que ha cazado a lo largo de su trayectoria cinegética.

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