Disfruta del despertar de una colonia de grullas invernantes en un humedal
Un espectáculo digno de disfrutar y que los cazadores viven a menudo gracias a su estrecha relación con el campo y la naturaleza.
El canto de la grulla consiste en trompeteos fuertes y resuena con las primeras luces del alba. Las aves se dirigen de sus dormideros situados en cotos de caza a sus zonas de alimento en los arrozales.
La laguna de La Janda constituía un paraíso natural y ecológico
La Janda toma su nombre de la desaparecida laguna de La Janda. Se trataba de la mayor laguna de la península, con más de 7.000 hectáreas. Hablamos de un sistema lagunar que tenía un enorme valor ecológico. Constituía una de las zonas de mayor importancia ecológica de Europa para las aves migratorias, que comenzó a desecarse para destinar su superficie a cultivos en el año 1946, cuando el Estado otorgó por decreto una concesión para desecar la laguna a la empresa Colonias Agrícolas.
La desecación se realizó bajo las determinaciones de la Ley de desecación de lagunas, marismas y terrenos pantanosos, de 1918 que ha estado vigente hasta 1985 amparándose en su artículo 1 que permitía la desecación de lagunas siempre que su superficie fuese superior a 100 hectáreas.
El acuífero contenía el mayor sistema lagunar de la península ibérica, de unas 7.000 hectáreas, formado por los humedales conocidos como Rehuelga, Espartinas, Jandilla, El Torero, Tapatana, Tapatanilla, Alcalá, La Haba y, sobre todo, La Janda.
Biodiversidad de este humedal
En la laguna habitaba una extraordinaria biodiversidad, favorecida por su estratégica ubicación en el extremo meridional de Europa y a poca distancia del continente africano. Dada su cercanía al Estrecho de Gibraltar era utilizado como lugar de descanso de las múltiples especies de aves migratorias que cruzaban el mar por su zona más corta.
Después de la desecación, en los lluviosos años 1989, 1995 y 1996 se volvió a inundar en parte durante algunos días. Aún hoy, los canales de drenaje y los retazos de humedales que se conservan albergan una interesante avifauna, destacando unas 2.000 grullas invernantes.
Grullas invernantes en España
La grulla común es una especie de ave gruiforme de la familia Gruidae. La población mundial es de 600.000 ejemplares según el último conteo realizado en el año 2014. Se trata de un ave migratoria que cría en el norte de Eurasia, en cenagales o en marjales de la taiga, y en escasa cantidad en el sur de Europa, en lugares como Grecia, Yugoslavia, Rumanía, Dinamarca y Alemania.
Es un ave migradora de larga distancia, pasa el invierno principalmente en el norte de África, aunque también hay poblaciones invernantes en el sur de Europa y Asia. La migración otoñal se produce de octubre a diciembre desde las zonas de cría a los lugares de invernada mientras que la de primavera comienza en febrero y termina en marzo.
Gran parte de las poblaciones europeas de grullas pasan el invierno en el sur de Europa, en las dehesas y humedales de la península ibérica y Francia. La mayoría de las grullas de Asia pasan el invierno en los valles fluviales de Sudán, Etiopía, Túnez, Eritrea, China y en el subcontinente indio y en menor cantidad en Turquía, Israel, Irak y algunas zonas de Irán.
En el otoño llegan a España más de 300.000 grullas procedentes de Alemania, Escandinavia y de los países bálticos. Entre el 30% y el 40% por ciento de todas las grullas de Europa occidental eligen las dehesas extremeñas para pasar los meses de invierno.
El resto de las grullas que entran en la península se reparten entre los Parques nacionales de Castilla-La Mancha de Las Tablas de Daimiel y Cabañeros, y más hacia el sur, en La Janda en Cádiz y otras prosiguen su viaje a las regiones costeras del norte de África, donde una de las poblaciones invernantes más importantes se encuentra en la desembocadura del río Massa.
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