La dura lucha para que su podenco volviese a caminar
Un cazador nunca deja de lado a un compañero que le necesite. Y esta historia es la mejor prueba. Su podenco sufrió una grave afección, pero largas horas de trabajo y rehabilitación consiguieron salvarle la vida.
Un podenco andaluz se recupera totalmente después de quedar su cuerpo paralizado. Únicamente podía mover la cabeza y la cola pero, gracias a la perseverancia y el amor de un cazador por su perro, ha vuelto a ser feliz. La historia de este podenco es una muestra de lo que siente y es capaz de hacer un cazador por sus perros.
Los cuidados y mimos del podenquero siguiendo las pautas marcadas por un veterinario han posibilitado su pronta recuperación y su vuelta a la caza. Esta es milagrosa historia de Fandi.
Cazador y gestor cinegético
Fandi es un perro de la raza podenco andaluz. Cuenta con 18 meses de edad y grandes cualidades para la caza del conejo. Su dueño es el cazador y gestor cinegético gaditano Salvador Canto González. Un empresario de la caza con décadas de experiencia en el sector y propietario de Cinegética el Acebuchal y Cinegética Manilva.
Los cuidados del cazador salvaron la vida del podenco
El día 11 de octubre Salvador, como cada mañana, fue a alimentar a sus perros. Quedó petrificado cuando vio inmóvil en el interior de su caseta a uno de sus mejores podencos. Fandi carecía de movilidad en las extremidades traseras y delanteras. Únicamente podía mover cabeza y cola. Inmediatamente consultó telefónicamente con un veterinario, ya que no quería trasladar al perro para evitar daños mayores, fuese a tratarse de una lesión medular. Su hijo, que es estudiante de veterinaria y cursa el último curso del grado, fue el primero en atender al animal en su propia casa.
Pese a que numerosas voces le aconsejaron eutanasiar al can, se negó en todo momento. Horas más tarde, el podenco fue trasladado a un centro veterinario en el que le realizaron varias pruebas diagnósticas que no fueron capaces de dictaminar lo que le sucedía.
Más de tres horas de rehabilitación diaria
El facultativo prescribió un tratamiento para intentar recuperar a Fandi y le aconsejó una serie de ejercicios de rehabilitación. Uno de ellos consiste en elevarlo del suelo permitiendo que apoye únicamente las puntas de las patas. Durante el periodo de inmovilidad total, el cazador lo tenía que bañar a diario, no controlaba el esfínter, y darle de comer con sus manos el alimento recomendado por el veterinario. Además de realizar más de tres horas de rehabilitación diaria.
Mucho trabajo para conseguir mejoría
El perro no mostraba apenas mejoría, pero Salvador no se daba por vencido. A los 20 días de rehabilitación y tratamiento, comenzó a apoyar las extremidades delanteras. Caminaba arrastrando el resto de su cuerpo. Diez días más tarde logró por primera vez mantenerse en pie y dar los primeros pasos. Ya ha comenzado a pasear junto a él por el campo y ha perseguido algún conejo. Dentro de unas semanas regresará a la caza.
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