Un rehalero de 74 años arriesga su vida para salvar la de uno de sus perros
El veterano cazador descendió más de 10 metros para acceder al lugar en el que había quedado atrapado su perro. Te contamos una historia que revela de nuevo la verdad de la caza.
Manolo Pérez apodado El Plátano y su perro Rocky son los protagonistas de esta historia. Te mostramos las imágenes que demuestran que los cazadores son capaces de arriesgar su vida por sus perros.
El perro de caza había caído en el interior de un pozo
Todo comenzó el domingo 24 de octubre cuando uno de los perros de la rehala cántabra de la "Patrulla Canina", propiedad del veterano rehalero Manolo Pérez, desapareció en el transcurso de una montería organizada en una finca en el término de Novales, capital del municipio de Alfoz.
Rocky es el nombre de este perro de caza con tanta afición y pasión por la caza. La batida transcurrió con normalidad hasta el momento de la recogida de los canes. Uno tras otro fueron apareciendo en el lugar de la suelta todos los integrantes de la rehala, excepto Rocky. La totalidad de los cánidos porta en su cuello un collar GPS, este hecho posibilitó el rescate del perro.
El dispositivo marcaba la posición de Rocky en un punto fijo. El veterano rehalero se dirigió al lugar y comprobó que se trataba de un profundo pozo de perforación. Se asomó a su interior, pero la profundidad del agujero le impedía ver el fondo. Llamó en repetidas ocasiones al animal, pero este no respondía a sus llamadas. El cazador estaba desesperado, algo le decía que Rocky estaba en el fondo del pozo aún con vida.
Sería capaz de dar su vida por la de uno de sus perros
Regresó a casa para alimentar al resto de los miembros de la rehala. Una vez acomodados los perros regresó de nuevo al lugar. Conforme se aproximaba al pozo oyó ladrar al can en el interior. Inmediatamente se puso en contacto con emergencias.
Según el rehalero, al tratarse de un perro le solicitaron el pago de una importante suma de dinero, no apta para todos los bolsillos, como contraprestación por rescatar al can.
La única opción que le quedaba al perrero era salvarlo él con sus propios medios. La mañana del lunes solicitó ayuda a un amigo bombero. Por la tarde regresaron al lugar donde estaba atrapado Rocky con una escalera y alimentos por si no podían rescatarlo. Ubicaron la escalera.
El cazador tuvo que romper una roca para poder acceder al perro
Manolo se armó de valor y se dispuso a descender hasta el fondo de la perforación, pero una gran piedra imposibilitaba su paso. Proporcionaron al perro con una cuerda comida y agua con la intención de volver al siguiente día equipados con herramientas para romper la roca que les impedía acceder al can.
El martes 26 por la tarde Manolo regresó al pozo acompañado de su amigo Miguel portando una escalera, un casco y útiles de construcción. Con gran esfuerzo el rehalero pico un poco la piedra. Gracias a su esfuerzo abrió un hueco para poder pasar y acceder al can. Rocky, nada más ver a su dueño, se llenó de alegría.
Manolo ató al perro con una cuerda para subirlo con total seguridad entre sus brazos. Miguel que lo esperaba en la superficie izó al perro los últimos metros. Rocky no presentaba ninguna patología .A los 15 días volvió a la caza.
Estas son las imágenes que demuestran que los cazadores no abandonan a sus perros:
Los animalistas más radicales repiten unas frases a diario intentando que la sociedad acoja sus manipulaciones: “Los cazadores abandonan a sus perros”. También habrá oídos las decenas de miles de perros abandonados por los cazadores cuando ya no les sirven, o eso de que “los cazadores maltratan y matan a sus perros”.
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