Cazadores despiden a un compañero fallecido con una salva de honor de sus escopetas de caza
Un cazador muere a causa de un infarto fulminante en las cercanías de su lugar preferido de caza. Los esfuerzos de su compañero de caza para reanimarlo fueron inútiles.
Según el Diario de Noticias de Navarra, el cazador acostumbraba a decir a sus amigos que quería que, tras su fallecimiento, depositaran sus cenizas en la parada 82 de Usotegieta.
La mayor de sus pasiones era la caza de la paloma torcaz
Un cazador navarro de 51 años de edad falleció el viernes a causa de un infarto fulminante, ataque al corazón que causa el óbito del paciente antes que haya tiempo de una atención médica. Cerca del 15% de los infartos se manifiestan con muerte súbita, no dando oportunidad al paciente. En el momento de su muerte se encontraba junto a su inseparable compañero de caza, quien no pudo impedir su fallecimiento a pesar de su empeño y su pericia en la reanimación cardiovascular.
Según el Diario de Noticias de Navarra, «el cazador falleció en las cercanías del lugar que más amaba de Leitza, Usotegieta, a cuya excelente parada 82, que había tenido la suerte de obtener en el sorteo anual junto a sus amigos Miguel y Xabier, se aproximaba cuando se produjo el deceso». El palomero fue despedido, tras el acto religioso, por sus compañeros de caza con tiros de escopeta, en recuerdo de su pasión por la caza de la paloma.
Descanse en paz.